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El abrazo de los lectores: felices 100 años, querida Rosario
COLUMN/COLUMNA

El abrazo de los lectores: felices 100 años, querida Rosario

Socorro Venegas

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Hace varios años, en una conversación con el escritor Alberto Chimal, decíamos que a Amparo Dávila la habían recuperado lectoras y lectores muy jóvenes, atrapados por una literatura tan siniestra como detonadora de luminosidad en el ámbito de lo fantástico, por una voz absolutamente inesperada en el canon latinoamericano. Dávila, “la decana de la imaginación en México”, como la llama Alberto, encontró la grieta por la cual escaparse y construir mundos y personajes memorables. Y los editores siguieron esa impronta, esa demanda de lectores que la colocaron en el sitio que merece, una auténtica protagonista de la literatura en lengua española. Fue una fortuna que viviera para verlo: se reeditó su obra, recibió homenajes, comenzó a ser más estudiada, se crearon premios literarios con su nombre; Cristina Rivera Garza fue una gran instigadora de que se la leyera, pero el reconocimiento tomó su tiempo, como ha sucedido en general con las escritoras del siglo pasado que lograron romper el techo de cristal que más bien es de granito. Así, resulta fundamental que haya agentes empeñados en que no se olvide a un autor, a una autora. En el caso de Dávila esa labor descansa mucho en sus lectores, legión creciente que incluye a la enorme Mariana Enríquez, quien escribió el prólogo a sus cuentos reunidos publicados por Páginas de Espuma.

Rosario Castellanos murió a los 49 años en un accidente doméstico, cuando era embajadora de México en Israel. Es gracias a su hijo, Gabriel Guerra Castellanos, que podemos tener gran acceso a su obra y, de una manera muy especial, a su vida, a sus más hondas inquietudes, a la correspondencia amorosa que muchas veces fue monólogo, en suma: al extraordinario documento vital, literario, histórico, cultural que es Cartas a Ricardo, una correspondencia con quien fuera su pareja sentimental y que abarcó de julio de 1950 a diciembre de 1967, con un lapso en blanco de 1958 a 1966.

La primera edición de esas cartas la realizó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 1994, con un prólogo de Elena Poniatowska. La segunda llegó en 2024 en la colección Vindictas de la UNAM, comentada por Sara Uribe, para recordarla a 40 años de su muerte, y en vísperas del centenario de su nacimiento.

Como editora de esta nueva edición conversé con Poniatowska para pedirle que nos permitiera mantener su prólogo en el libro, junto al otro texto de Juan Antonio Ascencio y el nuevo de Uribe. Dudó. La recepción de la publicación de las cartas hace más de 30 años fue polémica. Faltó generosidad para comprender que aquellas misivas no fueron escritas para ser leídas por otros ojos que no fueran los de su destinatario, Ricardo Guerra o el propio Gabriel. Y que quien se coloca ante estas cartas tiene el raro privilegio de asomarse a la intimidad y la inteligencia de una mujer excepcional. Algo que se debe agradecer.

Faltó reconocer y respetar la libertad de esa mujer para viajar, amar, desconsolarse, dudar, angustiarse, romperse, reconocerse en sus pérdidas, para crear, para escribir. Para escribir. Y sus nuevas y nuevos lectores, hoy, la leen de una forma distinta, desprejuiciada y empática. La esperanza de que este cambio en la mirada lectora hubiera ocurrido es lo que convenció a Elena de que era buena idea volver a poner en circulación las Cartas, y lo demás ha sido labor de esas y esos lectores que agotaron muy pronto la primera tirada. Quizá leemos mejor porque también tenemos un lenguaje más rico, nuevos nombres para interpretar la realidad; una trayectoria lectora capaz de incorporar ciertos aprendizajes.

En la UNAM, donde Castellanos estudió y enseñó Filosofía, se convocó a estudiantes universitarias y universitarios desde bachillerato a posgrado, al concurso “Cartas a Rosario”. Las cartas ganadoras y algunas otras elegidas por el jurado se publicaron. Me gustaría dejar aquí una breve muestra de esas experiencias de lectura tan conmovedoras:

Mi existencia que se gesta en el seno de tierra chiapaneca, y se atraviesa no sólo de racialización sino de ser parte de la diversidad sexogenérica, ha sido una travesía de desafíos profundos. Puesto que, al llegar a la Ciudad de México para continuar mis estudios, viví en carne propia la violencia de género perpetrada por un hombre, mismo que en él tenía como símbolos el cis-heteropatriarcado”.

Luan Daniel Toledo Ruiz

Tiempo después, tomaría en mis manos Álbum de familia. Me gustaba leer, eso lo sabía, aunque mi repertorio se reducía a libros juveniles, de amores inciertos y escenarios mágicos, que sin advertirlo me educaron sentimentalmente. Muchos con la trampa de reproducir el letal amor romántico, la heteronorma”.

Elizabeth Cardoso Garduño

Antes de despedirme quisiera decirte, Rosario, que el contrabandismo de la cultura al que te dedicaste con fervor nos ha brindado certezas a las lectoras que después de cuarenta, cincuenta o sesenta años te estudiamos. Que tu obra es ese tesoro indómito que huyó a las aduanas de la cultura patriarcal, para recordarnos siempre que “cada vez que el mundo se cierra, cada vez que el abismo se abre, cada vez que el cielo se derrumba ahí están, al alcance los labios, la palabra, el conjuro”, el sueño que nos sostiene. Grr.

Diana Talhia Jiménez Martínez

Cartas a Rosario, el libro donde una selección de las misivas de las y los estudiantes pueden leerse íntegras, está disponible aquí: librosoa.unam.mx

 

Foto Pinterest

Socorro Venegas es escritora y editora. Su libro más reciente es Ceniza roja (Páginas de Espuma, 2022). Ha publicado, entre otros, el libro de cuentos La memoria donde ardía (Páginas de Espuma, 2019), las novelas Vestido de novia (Tusquets, 2014) y La noche será negra y blanca (Era, 2009), que serán publicadas en España por la editorial Contraseña. Ha recibido el Premio Nacional de Cuento “Benemérito de América”, Premio Nacional de Novela Ópera Prima “Carlos Fuentes”, Premio al Fomento de la Lectura de la Feria del Libro de León. Ha dirigido proyectos editoriales en el Fondo de Cultura Económica, donde creó la colección de álbum ilustrado “Resonancias”. Es directora general de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, donde creó la colección de novela y memoria “Vindictas”, que recupera la obra de escritoras marginalizadas del siglo pasado. Su Twitter es @SocorroVenegas

 

 

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Posted: July 14, 2025 at 5:24 pm

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