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La Desconocida del Sena vuelve a sonreír

La Desconocida del Sena vuelve a sonreír

Ana Clavel

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Hace años, el escritor Guillermo Samperio me obsequió un pequeño volumen de la Editorial Losada, de su legendaria colección La Pajarita de Papel, donde se contaba la historia maravillosa de una muchacha ahogada que despierta en el fondo del río Sena. Va flotando entre las aguas sin saber su propio nombre, sin recordar si se suicidó o la asesinaron, hasta que llega a una colonia de seres como ella que viven bajo el agua y entonces… El relato, de una delicadeza y una imaginación poderosa, se llama La Desconocida del Sena y su autor es el poeta franco-uruguayo Jules Supervielle (1884-1960), quien lo incluyó en su primer libro de cuentos publicado en 1931.

…….“Creía que una se quedaba en el fondo del río, pero ya veo que vuelve a subir —pensaba confusamente esta ahogada de diecinueve años que avanzaba entre dos aguas”, dice la Desconocida al comienzo de la narración. Entre cuento de hadas e historia surrealista, el relato de Supervielle, con su urdimbre fantástica, plagada de imágenes fascinantes e insólitas, puede hacernos creer que todo es obra de la creatividad de su autor. Pero la “Inconnue de la Seine” tiene una historia previa —lo cual no va en detrimento del escritor de lengua francesa que retomó un tópico de su época para llevarlo a una realización hasta entonces… desconocida.

La leyenda: de Desconocida a Musa

La historia “real” va así: hacia fines del XIX fue encontrado el cuerpo de una joven mujer ahogada en las aguas del río Sena y puesto en exhibición pública en la morgue para que lo identificaran sus posibles deudos. Pero el cuerpo no fue reclamado. Un asistente del médico forense, fascinado con el dulce y bello rostro de la joven, le tomó un molde de yeso. Al poco tiempo la máscara apareció a la venta en varios establecimientos y la joven desconocida se convirtió en musa de artistas y legos.

…….Lo más llamativo de la Desconocida era su sonrisa. Supervielle la menciona muy pronto en su relato: “Viajaba ignorando que sobre su rostro brillaba una sonrisa, si bien trémula más persistente que la sonrisa de un vivo, siempre a merced de cualquier cosa…” Por esa sonrisa tenue, Albert Camus se refirió a ella como la “Mona Lisa ahogada”. Nabokov le dedicó un poema, Rilke la cita en sus Cuadernos de Malte Laurids Brigge. A la lista de escritores se suman Maurice Blanchot, Céline, Anaïs Nin, Louis Aragon y el fotógrafo Man Ray. En su leyenda aletean resabios de las ondinas, sirenas, ninfas, de Isolda y la dama de Shalott, de la Ofelia de Shakespeare. En 1934, Conrad Muschler publica La Desconocida, relato sobre Madeleine Lavin, una joven de provincia que es seducida por un hombre de mundo. Abandonada en París por su amante, se arroja al río con una sonrisa que es señal de su liberación absoluta.

…….El tema de la sonrisa también ha dado pie a la duda. Según Pascal Jacquin, exjefe de la brigada fluvial de la policía parisina, no es posible que un ahogado tenga una sonrisa tan placentera, su rostro se hincha, se deforma. Por su parte Michel Lorenzi, director de la fábrica de máscaras más prestigiada en Francia, niega que la joven estuviera muerta cuando se tomó el molde. Debido a que es difícil mantener una sonrisa mientras se hace uno, deduce que se trataba de una modelo profesional.

La joven sonriente que resucita ahogados

No obstante, además del destino literario que le ha inventado varios orígenes, entre ellos el de actriz húngara en un blog de nuestros días, la suerte de la Desconocida del Sena ha sido prolífica en otro ámbito. En 1955, Asmund Laerdal, exitoso fabricante de juguetes, fue contratado para diseñar un maniquí con el que los aprendices de la técnica de reanimación cardiovascular pudieran practicar. Laerdal deseaba que su maniquí tuviera una apariencia natural, así que se decidió por el rostro de la joven ahogada, llamándola Resusci Anne.

…….Es como si la leyenda reclamara salvar a la muchacha de las aguas de la muerte, pero en los hechos, con la práctica de millones de personas entrenadas en la respiración de boca a boca, la dulce joven, cuya historia sigue siendo un misterio, prodiga dócilmente el beso de la vida. Como diría Supervielle al final de su relato, cuando la Desconocida del Sena encuentra por fin su destino en una libertad más alta y auténtica: “Entonces volvió a sus labios su sonrisa de ahogada errante”.

Ediciones de La Desconocida en español

El cuento original de Supervielle fue traducido por primera vez al castellano por María Luisa Bombal para La Pajarita de Papel (Losada, Buenos Aires, 1941), que fue la edición que yo leí. Después la editorial Vuelta publicó en México, en los ochenta, la versión de Ida Vitale. Ahora, los lectores tendrán oportunidad de maravillarse con la historia surreal de la Desconocida del Sena, gracias a la traducción y prólogo de Fabienne Bradu para la colección de relato Licenciado Vidriera que Publicaciones de la UNAM editó recientemente, con un epílogo del poeta Philippe Jaccottet. La Desconocida del Sena vuelve a sonreír.

 

Ana V. Clavel  es escritora e investigadora. Ha obtenido diversos reconocimientos como el Premio Nacional de Cuento Gilberto Owen 1991 por su obra  Amorosos de Atar  y el Premio de Novela Corta Juan Rulfo 2005 de Radio Francia Internacional, por su obra  Las violetas son flores del deseo  (2007). Es autora de  Territorio Lolita, Ensayo sobre las ninfas  (2017),  El amor es hambre  (2015),  El dibujante de sombras  (2009) y  Las ninfas a veces sonríen  (2013), entre otros. Su Twitter es @anaclavel99

 

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Posted: June 30, 2025 at 11:00 pm

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