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Giratorios desiertos de Valeria Luiselli

Giratorios desiertos de Valeria Luiselli

José de María Romero Barea

No importa cuánto nos alejemos de ellos o cuán radicalmente nos transformemos, no podemos librarnos de nuestros orígenes: “Nuestro léxico familiar ha definido bien los límites y los alcances de este mundo compartido”. Somos quienes somos gracias a cómo y con quiénes hemos crecido. Los progenitores son esas figuras en torno a, o contra las cuales, nos conformamos. “El plan”, se enumera, “es manejar desde Nueva York hasta la esquina sureste de Arizona (…) rumbo a la frontera, mi esposo y yo iremos trabajando en nuestros nuevos proyectos de audio, haciendo encuestas y grabaciones de campo”. Pensamientos inconclusos o contingentes conducen a ideas hacia adentro, articulaciones de una visión que intenta ajustarse a sus tesis iniciales, tanto como a lo que se está viendo.

“Nunca sospechamos que el silencio se iría ensanchando lentamente entre nosotros”, confiesa la pareja en crisis, “nunca imaginamos que, un día, terminaríamos por perdernos el uno al otro entre la muchedumbre”, se lamentan, al recorrer la siempre cambiante geografía de un cuento: “Si pudiera subrayar simplemente ciertas cosas con el pensamiento, lo haría”, confiesa ella. Él es incapaz de resistirse a las fantasías, los deseos inconscientes, los roles que la conveniencia obliga a desempeñar. Se enuncian formas en que acercar o alejarnos (“Desde donde estoy”, replica la madre, “a esta distancia, [esposo e hijos] parecen un recuerdo más que un presente”), se ilumina un camino a través del cual reevaluar las experiencias.

Contra el telón de fondo de un viaje al sur de los EEUU, existencias duplicadas, a merced de la confianza mutua de una inestabilidad básica, correlato de los menores indocumentados que viajan desde Centroamérica en busca del sueño americano, “un flujo masivo de niños, lo llaman. Son indocumentados, son ilegales, son aliens, dicen algunos. Son refugiados”. En la saga Desierto sonoro (Lost Children Archive, Sexto Piso, 2019; Traducción de Daniel Saldaña París y la propia autora, ganadora del premio American Book Award 2018, Valeria Luiselli –Ciudad de México, 1983–), el impulso de autoayuda se trunca en una ironía que se articula a sí misma, para “ayudarnos a formular preguntas que nos permitan contemplarla con mayor claridad”.

Leemos los códigos que la narradora habita, asistimos a sus percepciones o ideas del lugar por el que se mueve, cualquier cosa que pasa por la mente que redacta sus memorias deliberadas, el crudo recuento de un clan, inusual en su contexto, emblemático en sus agonías, formado por descendientes desconocidos y ancestros hiperconscientes. El registro autoconsciente en primera persona esboza el perfil de una mujer que escapa a una infancia difícil para reinventarse en tierra extraña. Se escrutan las mercancías amontonadas en los leves placeres, la inestabilidad de lo pedagógicamente indistinto, la esposa que sueña con ser libre, la que huye del marido que huye de sí mismo, de “la infelicidad [que] crece lentamente. Merodea en tu interior, en silencio, de manera subrepticia”. Al excavar lo que coexiste con el dolor, la dicción se despliega en aclaraciones, en pensamientos que demandan escucha: “Así nuestro pasado y nuestro futuro: un punto de partida, un cambio”.

Al leer, “estás atrapado en un círculo, y todos los círculos son infinitos, siguen por siempre, girando y girando en este desierto giratorio sin final ni principio, siempre idéntico, repitiéndose”. En los espacios en blanco mora la ambigüedad de la esencia. En la falta de caracterización de los múltiples avatares, los niños perdidos “siguen vivos, aunque caminen entre los ecos de otros niños, pasados y futuros”. Los hijos ausentes se reencuentran entre la falta de voluntad deliberada y la impotencia autoimpuesta, ese raro equilibrio que, asegura la voz que narra, es la atracción principal de una experiencia que se hunde en las arenas movedizas del afecto: las lealtades y traiciones, la ira y el afecto de la parentela ausente, incapaz de disfrutar de un afecto inmerecido.

 

 

José de María Romero BareaJosé de María Romero Barea es profesor, poeta, periodista, narrador y traductor. Twitter: @JdMRomeroBarea

 

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Posted: September 1, 2020 at 9:49 pm

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