Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado
Efraín Villanueva
Durante el invierno y la primavera de 1950, la revista estadounidense Cosmopolitan publicó en varias entregas Al otro lado del río y entre los árboles, la primera novela de Ernest Hemingway en diez años, desde la aclamada Por quién doblan las campanas. Luego de leer la última entrega, John Dos Passos le escribió al crítico literario y escritor Edmund Wilson que el libro “le puso la carne de gallina. ¿Cómo puede un hombre en sus cabales dejar semejante mierda en las páginas?”. Una vez que la novela fue publicada en formato de libro, en septiembre del mismo año, la recepción de los críticos fue devastadora.
Para Maxwell Geismar se trató “no sólo de la peor novela de Hemingway, es una síntesis de todo aquello que está mal en sus trabajos previos y arroja una luz dudosa sobre el futuro”. Alfred Kazin, en The New Yorker, escribiría que “es una vergüenza, incluso una lástima, que un escritor tan importante se convierta así mismo en semejante farsa”. Para Morton Dauwen Zabel Al otro lado del río fue “la cosa más pobre que su autor ha producido”. La revista Time lo catalogó como una parodia de Hemingway.
De los pocos comentarios positivos sobresale el del dramaturgo Tennessee Williams, quien antes de la publicación del libro escribiría en The New York Times: “no puedo no ir a Venecia ahora sin dejar de escuchar las cadencias embrujadoras de la nueva novela de Hemingway. Es la novela más triste del mundo sobre la ciudad más triste, y al decir que pienso que es el trabajo más honesto que Hemingway ha hecho, usted podría pensar que estoy loco”.
Para Mary V. Dearborn el guiño de Williams es una predicción de que el libro “sería muy mal recibido por la crítica, pero popular con los lectores”. De hecho, estuvo en la lista de los más vendidos por veinticuatro semanas (siete en el primer lugar) y Hemingway ganó alrededor de $136.000 dólares. La crítica no sólo lastimó su ego de escritor, sino que además no fue favorable en los episodios de depresión y ansiedad que Hemingway sufría cada vez con mayor frecuencia. Se reconfortaba pensando que “algo debe tener el libro para producir tanto alboroto”.
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Durante cuatro días y noches, un viejo pescador luchó en el mar hasta vencer a un poderoso pez espada. Sin embargo, el pescador no pudo evitar que la presa que llevaba de regreso a la playa, atada a su barca, fuese consumida por tiburones. Esta es la historia que Carlos Gutiérrez, compañero de pesca de Hemingway, le contó al escritor y que se convertiría en la trama de El viejo y el mar. Aunque Hemingway tuvo que haber escuchado el relato antes o en 1936 (lo mencionó ese año brevemente en un artículo para la revista Esquire), sólo empezaría a escribirlo a finales de 1950.
En 1945, a su regresó a Cuba luego de un año como corresponsal en la Segunda Guerra Mundial, Hemingway trajo consigo el proyecto de un “libro grande” que abarcaría tres temáticas: el aire (sobre la Real Fuerza Aérea), la tierra (Europa durante la guerra) y el mar (basado en sus aventuras). Con el tiempo, la idea se convirtió en tres libros. Inicialmente, El viejo y el mar fue concebido como una historia del “Libro del mar”. Charles Scribner III, quien se convirtió en el editor de Hemingway en 1947, luego de la muerte de Max Perkins, leería un borrador de El viejo en febrero de 1951 y su único comentario sería un lacónico “muy interesante”. A medida que continuaba su trabajo en el manuscrito, Hemingway empezó a sentir que el texto sería un trabajo independiente del “Libro del mar”.
Un año después, Charles Scribner IV, quien reemplazó a su fallecido padre, accedió a leer con mayor detenimiento el libro y en septiembre de 1952 fue publicado en su totalidad; primero en una separata de la revista Life y una semana más tarde en formato de libro. Hemingway enfatizó: “me emociona mucho saber que será vendido en Life, permitiendo que quienes no puedan comprar el libro tengan la oportunidad de leerlo. Esto me hace mucho más feliz que ganar un Premio Nobel” –un ejemplar de la revista costaba veinte centavos, mientras que los libros se vendían a tres dólares.
Life vendió un poco más de 5.300.000 copias en dos días y el libro estuvo veintiséis semanas en la lista de los más vendidos. Se estima que Hemingway ganó alrededor de $137.000 dólares sólo por las ventas de Life y más tarde vendería los derechos de la película por $150.000 dólares. Las ventas se incrementaron luego de que la novela ganara el Pulitzer en 1953.
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A diferencia de Al otro lado del río y entre los árboles, El viejo y el mar no sólo sería un éxito de ventas sino también literario. Orville Prescott, en The New York Times: “es mucho más simple y enormemente mejor que su último libro […] Aquí está el técnico maestro una vez más en su mejor forma, haciendo soberbiamente lo que él puede hacer mejor que cualquier otro”. Carlos Baker (quien escribiría la que es considerada la biografía más concienzuda de Hemingway), anotó en The Saturday Review: “[Hemingway] es uno de los pocos genuinos y trágicos escritores de los tiempos modernos”. Incluso William Faulkner, rival literario de Hemingway, exaltó el libro: “su mejor trabajo. El tiempo mostrará que es el mejor trabajo de cualquiera de nosotros, sus contemporáneos y los míos”.
Hemingway tenía esperanzas de que el libro le demostrara a los críticos que le quedaba vida como escritor: “sé que es lo mejor que podré escribir en toda mi vida y que el libro es capaz de destruir cualquier buen trabajo con el que se le quiera enfrentar”. Aunque Hemingway probó que tenía razón, también es cierto que pensaba de forma similar sobre Al otro lado del río: “es una muy buena novela, escrita para derrotar a cualquiera y escrita tan bien o mejor como puedo llegar a escribir. Es mejor novela que la que cualquiera de esos hijos de perra, vivo o muerto, pueda escribir. Es una belleza de novela”.
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Mucho se ha escrito y debatido sobre el simbolismo de El viejo. Santiago, el viejo protagonista que en su juventud era llamado “El Campeón”, soporta ahora una racha de ochenta y cuatro días de pescas infructuosas (así como Hemingway ha tenido una época de desgracia literaria luego de estar en la cima). El pez que da todo de sí por no ser capturado, pero al final pierde la batalla (como representación del libro Al otro lado del río que finalmente sale a la luz luego de los forcejeos propios de la escritura). Los tiburones que devoran al pez (como los críticos acabaron, sin piedad, con el esfuerzo honesto que el autor puso en la escritura de su libro). El viejo de la historia parece afianzar esta idea cuando en un respiro que los tiburones le conceden, y agotado por el cansancio de la batalla, desea que todo fuese un sueño. Pero luego se corrige: “el hombre no está hecho para ser derrotado, un hombre puede ser destruido, pero nunca derrotado”.
Antes de la publicación de El viejo y el mar, Hemingway tenía la esperanza de que el libro “destruyera la crítica que asevera que no puedo escribir de nada, a menos que se trate de mí mismo y mis experiencias”. Más tarde, preguntado sobre el simbolismo por el crítico Bernard Berenson, Hemingway respondió: “el mar es el mar. El viejo es el viejo. Los tiburones son todos tiburones, ni más ni menos. Todo el simbolismo del que la gente habla es mierda”.
Efraín Villanueva. Escritor barranquillero radicado en Alemania. Tiene un título en Creación Narrativa de la Universidad Central de Bogotá (2013) y es MFA en Escritura Creativa de la Universidad de Iowa (2016). Sus trabajos han aparecido, en español y en inglés en publicaciones como Granta en español, Revista Arcadia, El Heraldo, Vice Colombia, Literal Magazine, Roads and Kingdoms, Little Village Magazine, entre otros. Su Twitter @Efra_Villanueva
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Referencias:
- Hemingway, Ernest (1976) The Old Man and the Sea, Triad Grafton Books.
- Dearborn, Mary V (2016) Ernest Hemingway: A Biography, Knopf Doubleday Publishing Group.
- Prescott, Orville (28 de agosto, 1952) The Old Man and the Sea, The New York Times. http://www.nytimes.com/books/99/07/04/specials/hemingway-oldman.html?mcubz=0
- Autor desconocido (fecha desconocida) 16 critics discuss, http://www.amerlit.com/novels/ANALYSIS%20Hemingway,%20Ernest%20The%20Old%20Man%20and%20Sea%2016%20critics%20discuss.pdf
Posted: November 9, 2017 at 11:19 pm
Muy bueno. No todo fue color de rosa, y atendiendo a eso he preferido destacar la parte poco conocida de cómo era Hemingway con los muchachos del barrio; los otros aspectos, que sean los simpatizantes o los no simpatizantes que lo juzguen, incluyendo sus creencias políticas. Hemingway fue, y aún lo es, muy controversial, ahí su valor para que exista mucha tela por donde cortar. Sin dudas su literatura no tiene dudas. Lo demás nos queda de tarea, yo hice la mía en sacar a la luz la época en que lo conocí, aunque….escribo un libro titulado : ¡AHORA SÍ SÉ POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS! para desenmascarar huellas que están quedando sepultadas en el silencio del olvido.