El actual proceso electoral en México

Hay dos verdades innegables que deberíamos entender los que votaremos en las elecciones del próximo 1o de julio. La primera es que hablar de transición pacífica del poder sería cómico de no ser desoladoramente triste en un país que bandas de maleantes, con más balas que años, han transformado en un pantano ensangrentado, una fosa de cuerpos humanos en descomposición. La segunda es que ninguna facción política representa a los ciudadanos ni como sociedad civil ni como grupos organizados ni como individuos asustados.

Tres organizaciones postideológicas (por decirle de alguna manera a los collages de izquierdas y derechas en un marasmo de sinsentidos y contradicciones) compiten por el voto popular (con el añadido de un demagogo demente que ama a su mamá y estigmatizará la categoría de “independiente“ por muchos años) con campañas complacientes, histéricas y extremadamente caras. Podemos reconocer en este proceso la parafernalia electoral, el lenguaje mediatizado de las promesas, la lógica apretujada de los programas políticos y la nostalgia de las ambiciones de la democracia. Pero en esencia este ritual con apariencia de elección presidencial es una desesperada puesta en escena, un kabuki histriónico desangelado que pone en escena supuestas diferencias de visiones en un reflejo caricaturesco y morboso de la sórdida realidad. Un candidato juega a representar los intereses de los desposeídos, otro a encarnar el frenesí del progreso y uno más a ser el candidato mesurado y razonable que puede protegernos en esta vorágine. Ah, y no olvidemos al independiente, que amenaza con cortar manos y dar latigazos para resolver las crisis que destruyen al país.

Es cierto que uno de los candidatos ha recorrido el país varias veces, ha visitado los municipios, rancherías, pueblos, gabinetes y mesas directivas. Sus promesas están más cerca de la empatía con los desposeídos pero ofrece garantías de que el cambio no sacudirá a los poderosos. Su estrategia de conciliación con criminales, inclusión de grupos retrógradas y melancolía por tiempos mejores de proteccionismo y “paz social” ha creado un caldo de ofrecimientos y sugerencias que tan sólo tienen resonancia con las masas por cierta fascinación religiosa y apocalíptica, además del inevitable filtro del resentimiento contra la incompetencia y corrupción del partido gobernante, y contra el partido que estuvo en el poder por doce años y precipitó la guerra catastrófica que ha destruido el tejido social.

El actual proceso electoral en México ha logrado una conquista singular: descontextualizar la participación ciudadana, hacer creer que el voto es inútil y que la democracia es fatalidad. Debería ser bien sabido pero es fácilmente olvidado que la democracia no consiste en ir a votar, sino en todo lo que se hace antes de llegar a las urnas.

La única opción que queda en este momento es rechazar con determinación a los partidos políticos responsables de la devastación del país y comenzar a organizar la resistencia y el rechazo a que la organización que tiene grandes posibilidades de ganar, se convierta en una versión renovada de las hegemonías de control, explotación, represión y repartición de migajas. Las turbias alianzas del aparentemente inevitable ganador de las próximas elecciones son repugnantes, no hay duda, pero es más posible cambiar a esta organización naciente que a los partidos decrépitos que han demostrado infaliblemente su inoperancia. También es evidente que la única forma de tener el gobierno que deseamos es creándolo, exigiéndolo, participando, comprometiéndonos y castigando a los políticos con nuestro voto, no lamentando cada seis años que las opciones que se nos ofrecen son una desgracia.

Naief Yehya es narrador, periodista y crítico cultural. Entre sus libros recientes están: Las cenizas y las cosas (Random, 2017), Pornocultura, el espectro de la violencia sexualizada en los medios (Planeta, 2013) y de la colección de cuentos Rebanadas (DGP-Conaculta, 2012). Es columnista de Literal y de La Razón. Twitter: @nyehya

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Posted: June 15, 2018 at 9:43 pm