Los nuevos (fragmento)
Carmen Boullosa
Me detengo un instante antes de subir al subway.
Las torres de las iglesias hacen un bosque en Brooklyn,
¿Por qué hay tantas? ¡Ni siquiera en Cholula,
Donde los conquistadores levantaron una sobre cada templo
Del centro ceremonial del depuesto imperio,
Para demostrar su poder en tierras indias!
En cada construcción creían acallar
Las voces altisonantes de los dioses náhuas.
Creían con las piedras enterrar los poderes
(¡Ay! Entristezcámonos porque vinieron, porque llegaron los
grandes amontonadores de piedras, los grandes amontonadores de vigas para
construir… los de reatas para ahorcar a los señores!)
Creían poner con las naves un bozal a Netzahualcóyotl
(Este dios verdadero que viene del cielo
sólo de pecado hablará,
sólo de pecado será su enseñanza).
¡Levantaron una iglesia sobre las ruinas de cada templo
Y los artesanos indios elaboraron una reproducción
De su mundo en sobrevivencia,
Vivo sobre cada centímetro de las adornadas construcciones!
¡Resistir! ¡Levantar sobre la superficie de la construcción
lo nuestro, triunfar sobre el triunfante!
Los conquistadores alzaban a tambor batiente grandilocuencias,
Las manos de los artistas constructores oponían resistencia
Dejando visible testimonio de su mundo.
La crueldad de los soldados españoles al saquear Amberes
Suena dulce al lado de lo que hicieron en tierras mexicanas.
En Brooklyn no hay saqueo, sólo hacer orden
En los clósets por la llegada del verano, los vacían,
Arrojan a la calle lo que hace poco fueron tesoros.
En los patios del frente, la gente expone
Sin pudicia sus trebejos,
“please take whatever you want”,
dicen los letreros.
Hay bicicletas de niños, casas de muñecas,
Zapatos negros de charol,
Impecables, terminados en pico,
Suéteres de colores extravagantes.
Un escritorio. Un ropero cubierto con espejo,
Donde me reflejo hecha en ondas, distorsionada.
Suenan con la hora las campanas de las iglesias,
Como hacen 24 veces cada día.
Suenan ordenadas, partiendo con su serrucho en porciones
La vida, con sus ordenanzas. Suenan
Tan diferente a la sirena del barco que entra al puerto.
El remolcador pasa guiando, una y otra vez,
Sin obedecer la ríspida estructura del reloj.
Posted: April 2, 2012 at 6:17 am