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Batman vs Superman: Dawn of Justice

Batman vs Superman: Dawn of Justice

Jaime Perales Contreras

Desde el año 2002 se rumoraba que Warner Brothers quería producir un filme que antagonizara a Batman y a Superman. La idea ya se había formulado anteriormente en las historietas cómicas con el best-seller gráfico de Frank Miller, The Dark Knight Returns (1986), sumamente influyente para el desarrollo futuro del personaje de Batman.

No hay que olvidar también que The Dark Knight Returns influyó asimismo en la película Batman (1989), de Tim Burton, quien le devolvió al personaje sus características oscuras y misteriosas diluyendo la imagen pop art de la serie cómica de la televisión en la década de los 60, que se tomaba al héroe nocturno mucho más a la ligera.

La idea se postergo y la Warner tuvo que ir con más calma y producir filmes de ambos personajes por separado. Se desarrolló la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman (2005-2012) y dos películas sobre Superman: la versión de Bryan Singer (2006) y la de Zack Snyder (2013).

La nueva película de Zack Snyder (Batman v Superman: Dawn of Justice), finalmente cristaliza a los dos héroes como personajes antagónicos. Según se mencionó, la trama está sorprendentemente influida por diálogos y escenas de la novela gráfica de Frank Miller.

La película nos presenta a un Bruce Wayne (Ben Affleck) en plena madurez, solitario y amargado, quien ha peleado de manera infructuosa durante veinte años contra cientos de maleantes. El superhéroe decide volver a usar su capa y máscara para defender al mundo de una gran amenaza. En este caso la gran amenaza es Superman (Henry Cavil), quien destruyó un edificio de las empresas Wayne en tremenda batalla contra el General Zod (Michael Shannon), cuyas escenas presenciamos en la anterior cinta de Snyder: Man of Steel (2013). Bruce Wayne culpa a Superman de esta desgracia.

Por su parte, no es la primera ocasión en que Superman intercambia furiosos puñetazos con algún superhéroe en las historietas cómicas: la Mujer Maravilla, el Hombre Araña, el Increíble Hulk y hasta el boxeador Mohamed Al han sido algunos de los enemigos del aparentemente invencible hombre de acero. El punto de partida de la trama es relativamente simple: siempre hay un mal entendido entre los héroes y la pelea se decide a muerte, hasta que alguno de ellos descubre haber sido engañado por algún astuto y malévolo villano y, así, se rehúsa a seguir combatiendo. Posteriormente, los antes letales antagonistas se convierten en los mejores amigos del mundo. Esto ocurre en la película de Snyder con Lex Luthor, interpretado por Jesse Eisenberg, quien mañosamente engaña a los superhéroes de la cinta para que resuelvan sus diferencias de manera violenta. Nunca falla esta curiosa lógica añejada desde hace muchos años en las historietas cómicas.

A su vez, la moraleja de la película también está tomada de la novela gráfica de Miller: Batman no será más poderoso que Superman pero sí es más astuto e inteligente. Por ello, puede resultar, no sin varios golpes, costillas rotas y moretones, en el vencedor de la pelea. Cerebro siempre vence a fuerza bruta.

Es curioso recordar también que en la década de los 90, DC Comics realizó una interesante estrategia mercadotécnica: matar a Superman. Por un buen tiempo las ventas de la historieta cómica del legendario ícono habían estado a la baja y, por ello, decidieron revitalizar al héroe eliminándolo, al menos por una breve temporada.

La muerte de un héroe de historieta había ocurrido anteriormente con algunos personajes secundarios, como The Flash, el superhéroe más veloz del mundo, o Robin, el compañero inseparable del encapotado Batman, pero nunca con alguien tan importante para la cultura popular gráfica estadounidense como Superman. Para ello crearon como antagonista a una amenaza tan descomunal como el monstruo Doomsday o a la criatura apocalíptica del juicio final y, así, el poderoso superhéroe da su último suspiro sacrificando su vida por el mundo.

Durante meses DC Comics sugirió la posible gran tragedia que significaría para el mundo no tener a Superman, heroico defensor de la Tierra. Para ocupar su lugar pensaron en nuevos personajes que cubrirían las tareas del hombre de acero. La mayoría de ellos fueron olvidados muy pronto. Además, el mundo no pudo resistir el fuerte impacto de no contar más con el inmigrante intergaláctico proveniente del planeta Krypton quien, milagrosamente, tras varios meses de ausencia en las historietas, regresó de entre los muertos con el cabello rizado y largo, semejante al de Cristo. A esta serie se le llamó The Death and Return of Superman (1992-1993).

Zack Snyder sigue la trayectoria utilizada en The Death and Return of Superman. Aparece sorpresivamente el indestructible y digitalizado Doomsday y el inevitable sacrificio que realiza el superhéroe rojo y azul por el mundo. No es difícil adivinar que en la siguiente cinta presenciaremos el misterioso milagro de la resurrección.

En general, la crítica se ha mostrado desilusionada con el resultado de Batman v Superman: Dawn of Justice. Al parecer la película tiene el gran problema que ahora muchas cintas comparten: albergar pretensiones de filmes inolvidables, al estilo Lawrence de Arabia, de David Lean, y, al igual que Lawrence de Arabia, aspirar a ser inolvidable equivale a una cinta excesivamente larga. Este es el caso de la millonaria superproducción de la Warner.

La película realiza un planteamiento de la trama muy extenso. Se ocupa demasiado con el problema de la bien conocida locura de Bruce Wayne por la muerte de sus padres y su decisión de convertirse en el rico y desvelado playboy que utiliza su tiempo libre para cazar supervillanos. Snyder reincide en este problema que, hasta cierto punto, resulta innecesario si uno ha seguido los otros filmes del personaje.

Además, se puede formular una crítica parecida a la película que el guionista Blake Snyder planteó en su libro ¡Salva al gato!: el público sólo puede tolerar cierta determinada dosis de fantasía. Hay demasiada tensión de la realidad en la película para que el espectador pueda soportarla religiosamente. En la cinta habitan en el mismo espacio Superman, Batman y Mujer Maravilla con el antagonista Lex Luthor y, por si fuera poco, con Doomsday. Todos juntos y un poco revueltos. Hay demasiados y sofisticados cocineros preparando un caldito de pollo. Aunque aludo al comentario de Snyder, no sé si sea completamente certera su crítica al género: la mayoría de la gente pagó su boleto para ver la esperada batalla entre ambos superhéroes y, asimismo, por la misma entrada se le proporcionó un villano adicional, ¿qué más puede pedir?

A pesar de que Christopher Nolan es uno de los productores ejecutivos del filme, hay estilos diferentes en las aproximaciones de los directores sobre el género de superhéroes. A diferencia de Nolan, Zack Snyder trata de seguir de manera más rigurosa las novelas gráficas e historietas sobre Batman y Superman. Nolan, por su parte, utiliza las historietas como un modelo para desarrollar sus propias ideas creando un mundo hasta cierto punto independiente. Son dos formas de adaptación y ambas tienen sus seguidores y críticos. ¿Se podría decir que existen, por un lado, los directores ortodoxos y, en otro extremo, los “revisionistas” de las tiras cómicas? ¿Los rudos y los técnicos de la novela gráfica?

La película tendrá un par de secuelas programadas para fines de 2017 y 2018 que reunirán, además de la bella Mujer Maravilla (la modelo Israelí Gal Gadot), a más superhéroes aún.

Zack Snyder nos proporciona un breve avance de la próxima cinta sobre el género a la mitad del filme en una de las pesadillas que tiene Bruce Wayne con el posible y nuevo antagonista quien, al parecer, será Darkseid, la criatura que reina Apokolips, un mundo de terror similar al Infierno de Dante. Para crear a Darkseid, Adolf Hitler fue la inspiración del finado dibujante Jack Kirby, apodado el William Blake de las historietas cómicas.

jaime_perales_photo52a5fb7f4146b_500hJaime Perales. Escritor, ensayista y comunicador. Trabajó durante doce años en la Organización de Estados Americanos (OEA), en la sede en Washington, D.C., en las áreas de Democracia y Seguridad humanitaria. Su trabajo de investigación ha abordado diferentes aspectos de la obra de Octavio Paz y de las revistas Plural Vuelta. Entre sus distinciones, ha obtenido la John William Fulbright Scholarship, la beca del Consejo Británico y la del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).


Posted: March 31, 2016 at 9:26 pm

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