Interview
La segunda fuga de “El Chapo” Guzmán

La segunda fuga de “El Chapo” Guzmán

Diversos autores

La segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán de una prisión de máxima seguridad en México ha hecho patente no sólo la ineptitud del actual gobierno mexicano para mantener en prisión a uno de los criminales más importantes del orbe sino, sobre todo, ha dejado en evidencia la incapacidad de la administración de Enrique Peña Nieto para enfrentar al narcotráfico. Tras la captura en febrero del 2014, el entonces embajador de México ante Estados Unidos, Eduardo Medina Mora, junto con el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, rechazaron la posibilidad de la extradición inmediata a Estados Unidos. El argumento apeló a un supuesto atentado a la soberanía nacional y, asimismo, quiso dar un exorbitante voto de confianza al sistema judicial mexicano. Hoy enfrentamos las consecuencias.

En torno a este tema, Literal Magazine ha querido reunir las opiniones de algunos escritores con base en una pregunta:  “La salida del Chapo pone en evidencia la corrupción dentro del sistema carcelario. Es una afrenta, para usar las palabras del presidente, pero no a su gobierno, sino al pueblo mexicano que ha sembrado su confianza en un sistema que no funciona. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Transcribimos a continuación dichas opiniones.

jeanette-clariond

Jeannette L. Clariond

En nuestra lengua decir “corrupción” significa no poder detener la epidemia y en donde el intento de hallar mejores significados  en diccionarios en otras lenguas daría por respuesta lo mismo, con un adendum: “silenciosa y extendida a toda la población sin que uno sólo haya podido salvarse”. 

herreraYuri Herrera

Es demasiado pronto para saber si es cierta la versión oficial sobre la fuga. Suena inverosímil que haya podido realizarse una obra de esas características bajo las suelas de los vigilantes sin que nadie se diera cuenta. Pero, como tantas otras cosas en México, lo que la haría posible sería una inversión en dólares. Así es que lo único de lo que tenemos certeza en este momento es de que la corrupción y la incompetencia ya no la sufren sólo los ciudadanos de a pie, sino que han llegado a tal nivel que nuestros gobernantes ya ni siquiera cuentan con el control de las pocas burbujas sobre las que tienen interés.

14Emiliano_MongeEmiliano Monge

Creo, de hecho, que es un tema que no debe suscitar demasiadas polémicas sino muchas críticas. ¡El único tema, además, en el que estaré de acuerdo con el inepto de Peña Nieto: es imperdonable que se les haya escapado! No sólo porque se fugó de una prisión federal de alta seguridad sino porque todo el mundo sabía que lo iba a intentar, tras haberse fugado ya una vez. Aunque pensándolo bien, la fuga del Chapo quizá sea una muy buena noticia para la democracia mexicana, democracia a la que le urge terminar con la pantomima que ha construido de sí misma. En ese sentido, la evasión del capo viene a desenmascarar de un solo golpe varias de las mentiras que ha contado el gobierno federal: que se lucha cotidianamente contra el crimen y que esta lucha se está ganando; que la era de los grandes capos y de los grandes cárteles ha terminado; que la limpieza de los cuerpos policiales ya ha sucedido; que la militarización de la seguridad pública ha servido para algo, y que el combate y la prohibición de las drogas es mejor que la legalización. En fin, que de veras no creo que haya muchas diferencias de opinión con respecto a esta fuga, de no ser las diferencias de opinión que seguro tendrán Osorio Chong y Manlio Fabio Beltrones. O las que tendrán aquellos que no creen que uno deba hacer bromas con estos temas y los cientos de miles de ciudadanos que no ven en toda esta historia sino un chiste repetido mil veces. Y en ese sentido, ¿qué es un chiste repetido mil veces, a cada cual más ácido, sino una verdad dolorosa, negra y vergonzante?

antonio-ortuñoAntonio Ortuño
Sólo se me ocurren dos explicaciones sobre la fuga del Chapo Guzmán: corrupción o ineptitud. Absolutas en ambos casos. En el primer caso, se trataría de una conspiración para permitir la salida de prisión del criminal más notorio del país. Fuera cual fuera el fondo de ese hipotético movimiento (ya hay quien dice que el Chapo es un “operador” al que se deja salir para que meta en cintura a capos rivales) representaría que el gobierno solapa y promueve actividades ilícitas y asume como “política” el homicidio, la violencia, la extorsión… En el segundo caso, se trataría de la incapacidad de ejercer un control básico sobre la seguridad nacional. Negligencia y cinismo. Tengo la impresión personal de que ese es el caso y que quienes deben mantener el orden constitucional están demasiado ocupados lucrando como para cumplir con sus obligaciones. Como sea, me parece vergonzoso. En palabras del Enrique V de Shakespeare: Shame and eternal shame and nothing but shame.

– Antonio Ortuño

ARSAlberto Ruy Sánchez

¿Qué esconde la tan famosa boda de doña Corrupción y doña Ineficiencia en el narco altar de las prisiones mexicanas? Algo todavía peor que ellas porque nos afecta en todas las instancias de la vida nacional: es evidente que muchos fueron corrompidos para hacerse de la vista gorda e incluso ayudar en la fuga. Pero el gobierno, el Presidente, el secretario de Gobernación y todo el séquito, actúan como si fuera algo que les hicieron a ellos en vez de asumir su responsabilidad. Su enorme parte de responsabilidad. Aceptar que es algo que ellos hacen al propiciarlo con cada una de sus medidas. Evidentemente equivocadas. Actitud que ya se ha convertido en su estilo de hacer públicas sus políticas y que emana de su infinita arrogancia. No quieren ni pueden aceptar que hay una relación entre sus política de presupuestos aplicada a todas las áreas del país: la misma que desde el día uno de su gobierno y durante 2012 detuvo bruscamente el crecimiento de la economía mexicana y que ha implicado un yihadismo presupuestal que en lo que queda de este gobierno llevará el nombre tecnócrata de Presupuesto Base Cero. Nombre contablemente prestigioso para cuantificar el nuevo despotismo paralizante, acostumbrados como nos tienen en este medio sexenio a verlos tomar una y otra vez malas decisiones.     

No hay que ir muy lejos para leer lo que esconde el Secretario de Gobernación en su informe. Especialmente cuando dice que en Almoloya se seguían los procedimientos de seguridad internacionales. Abro El Universal, hoy 14 de julio, página 12, en un rinconcito bajo: una nota de Pierre Marc-René cuenta que desde 2013  el penal de “alta seguridad”, inspeccionado sin previo aviso, tenía 20 torres de vigilancia pero sólo en cinco de ellas había vigilantes, “por falta de personal”. De las 793 cámaras del circuito cerrado 385 son antigüitas y varias de ellas iban por su cuenta marcando horas de otras latitudes. Entre todos los equipos para filtros de entrada y salida, varios eran simulación solamente por “encontrarse discontinuadas sus refacciones”.  En los traslados de reos, un solo guardia lleva con frecuencia hasta 20 personas. Y en las puertas intermedias a los tres niveles, una sola persona de seguridad sube y baja para operar la apertura y cierre de las compuertas. De nuevo, falta de personal. Ya no hablemos de lo que el mismo secretario aceptó: los inservibles anillos magnéticos, por ejemplo. Un poco más adelante, página 15, una estudiosa de penales, Elena Izazola, explica el perfil equivocado en la contratación del personal, muy ahorrativo pero ineficiente. Explica que la normatividad del penal no ha sido actualizada en diez año a pesar de las continuas violaciones conocidas. Malas decisiones por todas partes. Ya no hablemos del error hiperarrogante de no haber querido extraditarlo a Los Estados Unidos. 

Hace unos años Gabriel Zaid decía que las prisiones son la síntesis decantada de la sociedad. Su espejo esencial. Que cualquier deseo verdadero de erradicar la criminalidad del país y la corrupción tendría que comenzar por reformar ese pequeño núcleo duro y significativo que son las prisiones. Controlar a los criminales que administran de un lado de las rejas y del otro las prisiones. Ayudados por la secretaria de Hacienda (que gobierna ahora más que la de Gobernación) por “administradores base cero”, esa expresión destinada a convertirse este sexenio en el nombre prestigioso, entre teólogos de la economía presupuestaria, de la banalidad del mal que ejercen en México nuestros gobernantes. 

Naief YehyaNaief Yehya

El escape del Chapo Guzmán del penal de alta seguridad del altiplano es un acto de desafío y una puesta en evidencia de la fragilidad y maleabilidad de las instituciones. Es absurdo llamarlo una afrenta a los mexicanos ya que los ciudadanos no tuvimos nada que ver con las condiciones de su encarcelamiento ni somos responsables por la decisión de no extraditarlo cuando había enormes evidencias de que las autoridades no podrían mantenerlo preso. La importancia del caso es que muestra una vez más a un gobierno arrogante e incompetente que creía tener el control político y económico de la nación sin darse cuenta de que estaba parado sobre las arenas movedizas de la corrupción. En medio del caos el Chapo se erige ya como un icono popular tóxico, un personaje fantástico que recupera la ilusión del México bronco como contrapunto a un régimen infantilizado de juniors y actrices de telenovela frívolos e ignorantes. El peligro de este antagonismo maniqueo es que invariablemente provoca fantasías de autoritarismo y sueños de mano dura como respuesta al colapso. Condiciones ideales para el retorno a tiempos de mayor represión y autoritarismo.

*Imagen de portada: León Diez


Posted: July 15, 2015 at 9:42 pm

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