Un arquero hispanoamericano: la revista Sagitario
Malva Flores
Cuando el 16 de diciembre de 1922 Humberto Rivas Panedas se embarcó en el vapor Cádiz, en el puerto de El Musel, Gijón, con destino a La Habana, quizá no imaginaba bien a bien cuál sería su destino, aunque, aparentemente, iba con el encargo de la revista España Gráfica para fortalecer la relación con los asturianos en Cuba y tenía pensado ofrecer algunas conferencias en la isla. Como tantos transterrados españoles, aunque él no hubiera salido exiliado de España, Humberto Rivas realizó el periplo que lleva de la península a Cuba y de ahí al continente. El triángulo que estos escritores dibujaron en su andanza americana se completa, en sus vértices, con la región de La Plata (Argentina o Uruguay) y México, extremos de un área que no dejó fuera a Puerto Rico u otras latitudes americanas, en ese que llamo el “triángulo dorado” de las revistas hispanoamericanas del siglo XX. Pero Rivas no cubrió, físicamente, ese trayecto completo.
Ya en La Habana, Rivas hizo algunas amistades, como lo prueba la forma en que revista de avance, la importante publicación cubana, lo presentó pocos años después: “Humberto Rivas —uno de los mililes del movimiento ultraísta español, antaño transeúnte curioso por la Habana, hoy director de Sagitario en México —nos manda estos finos versos para 1927.” (Rivas, 1927, p. 278).
Sin embargo, no fue mucho el tiempo que el “transeúnte curioso” vivió en Cuba. A inicios de 1923, desde La Habana, le reseñaba a Vicente Huidobro: “le escribiré más extensamente comunicándole mis impresiones, llegué enfermo y he tenido que estar tres días acostado. No sé todavía cuándo daré la primera conferencia. Este es un pueblo fenicio, pero hay un grupo de muchachos curiosos que espera la revelación con gran interés”. (Rivas Panedas, 2015, p. 277). Del “pueblo fenicio” salió Rivas unos meses más tarde y el 26 de mayo de 1923, arribó a Veracruz, según anotó Pilar García-Sedas en El gallo viene en aeroplano (Renacimiento, 2009). Años después, en enero de 1927, Rivas le confesó a Carmen Conde que había sido el azar quien lo condujo a la tierra de su padre, el poeta y dramaturgo veracruzano José Pablo Rivas. En esa primera carta a la escritora española, le confesaría también que no era mexicano —como había supuesto Conde— y que, estando lejos de su patria, se había dado cuenta de que España estaba “más presente ahora en mi memoria y en mi corazón que cuando vivía en ella” (2009, p. 172). No obstante, en México desarrollaría gran parte de su trabajo editorial, en cuyo recuerdo destacan las revistas Sagitario (1926-1927), Circunvalación (1928) y el semanario teatral El Espectador (1930). Al tiempo de enviarle ejemplares de Sagitario, en aquella primera misiva a Conde, Rivas le comentó que se trataba de “una continuación de la revista Ultra que fundé y dirigí en Madrid y en sus páginas se da la preferencia a los escritores de vanguardia”. Sin embargo, Carlos García —uno de los editores, junto con Pilar García-Sedas, del facsimilar de Sagitario (2024) y editor, también, del facsimilar de Ultra (2021)—, nos señala que la primera revista mexicana de Rivas no tenía tanta relación con el ultraísmo como su director creía:
Ultra fue una revista nacida de un grupo para un grupo, como expresión de un grupo preexistente. Sagitario, en cambio, debe buscar su público, crear el clima lector desde cero, sin una plataforma teórica, sin una visión a partir de la cual enrolar simpatizantes. El ímpetu vanguardista respira en cada una de las páginas de Ultra. Sagitario, al contrario, es un órgano creado para servir los intereses educacionales y políticos de José Vasconcelos, meritorios y legítimos en sí mismos, pero muy diferentes y alejados de los de Ultra. (p. 26).
Desde su primer número, Sagitario no sólo expresaría su simpatía por el proyecto educativo mexicano de ese momento, sino que el propio Rivas participó en las “Misiones culturales” de Vasconcelos, cuyo posterior fracaso electoral en 1929 le afectará, tanto como —más tarde— lo sumirá en profunda depresión la Guerra Civil española y el encarcelamiento de su hermano, el poeta José Rivas Panedas, quien sumamente enfermo, logró revocar su condena a muerte en 1940 y se exilió en México, donde moriría el 16 de mayo de 1944.
Del destino final de Humberto, nada se sabe, salvo que murió en los Estados Unidos, después de una vida no exenta de penurias constantes, como puede atestiguarse en la carta que el 13 de diciembre de 1928 le envío a Manuel Gómez Morín, cuando ya había terminado la aventura de Sagitario, para solicitarle que intercediera por él ante el rector de la Universidad, Antonio Castro Leal: “Llevo cinco años en México y hasta ahora no he pedido apoyo a los elementos oficiales pero mi situación económica actual no es buena y solo teniendo tranquilidad se puede pensar en hacer una obra seria.” Esta carta, junto con otra a Alfonso Reyes, un dibujo de Santos Balmori y algunas otras imágenes relativas, son parte de la edición facsimilar que Ediciones Ulises ha publicado como parte del importante rescate de revistas hispanoamericanas que la editorial española ha impulsado.
En las “Preliminares” de Sagitario se anuncia el propósito de esta edición que “aspira a completar el mapa hemerográfico hispanoamericano” (p. 7). Debida a Pilar García-Sedas y Carlos García —los editores, que incluyen dos importantes ensayos sobre la revista de Humberto Rivas—, la publicación de esta edición facsimilar viene a sumarse al anterior rescate de Circunvalación —también publicada por Ediciones Ulises—la segunda y muy breve aventura editorial de Rivas en México (apenas tres números), a cargo de García-Sedas.
La edición no habrá sido sencilla pues debieron buscar y consultar los catorce números (en trece entregas) en distintas bibliotecas, colecciones y fundaciones, en México, España y Estados Unidos. El resultado es una hermosa edición que contiene, además de la revista misma y los estudios antes mencionados, la noticia sobre el “Impacto y recepción” de la revista en distintas publicaciones españolas (La Gaceta Literaria, El Sol y La Libertad de Madrid o El Norte de Castilla, entre otras); Horizonte (la publicación estridentista xalapeña), La Prensa de Nueva York; la conocida Revue de l’Amerique Latine (París) y la cubana revista de avance, donde, por cierto, Rivas publicó en dos ocasiones.
Revista del siglo XX es el subtítulo de esta revista que llevó como imagen de su primera portada un centauro que porta un arco, obra de Norah Borges, similar al que había servido como logo de la papelería de la redacción de Ultra y, también, de la papelería personal de Humberto Rivas. El centauro se convertiría en arquero en números posteriores, portadas debidas al mexicano Santos Balmori, primero, y más tarde sin autor perfectamente atribuible, de acuerdo con Carlos García, quien realiza un interesante seguimiento, tanto de las imágenes, como del título mismo de la revista.
En su “Propósito” Sagitario establece que “Hombres de nuestro tiempo, modernos ante todo —respetaremos lo que la tradición tenga de fundamental y de permanente, pero sin caer en las aberraciones clasicistas ni casticistas que suelen ser la peor forma de la impotencia.” (p. [43]). Se proponían ser una publicación hispanoamericana “aunque nuestro hispanoamericanismo no tendrá nada que ver con el protocolo ni con el barroquismo verbal”. ¿Fue una revista hispanoamericana? Allí aparecieron Borges, Luis Cardoza y Aragón, Juan Ramón Jiménez, Alfonso Reyes, Guillermo de Torre, Ramón Gómez de la Serna, Pedro Henríquez Ureña… El “Índice comentado” nos permite advertir que de los autores publicados (incluidos los artistas), 42% fueron hispanoamericanos (28% mexicanos, 7% argentinos, y el resto de los países como Ecuador, Guatemala, República Dominicana, Perú, Chile, Uruguay, Nicaragua, Costa Rica), el 38% españoles, más el 15% de autores de otras latitudes y 5% cuya nacionalidad no está identificada. Sin embargo, buena parte de los materiales que hasta entonces eran inéditos fueron de mexicanos.
Todo esto es posible averiguarlo en el notable “Índice comentado” que preparó Carlos García. Su trabajo se trata de uno de los ejemplos más hermosos de lo que se puede y debe hacer con investigaciones de ese tipo. Gracias a su labor, podemos saber que muchos de los materiales publicados por Sagitario, antes habían aparecido en Ultra, sobre todo, pero también en España, La Gaceta Literaria, Martín Fierro, Alfar, Cahiers d’Art, Nosotros, Repertorio Americano, Revista de Revistas, Crítica y El Universal Ilustrado, entre otras. No sólo eso: el editor realizó asimismo la investigación para seguir la ruta posterior de las colaboraciones ahí aparecidas. Así sabemos, por ejemplo, que el poema “Cuando las rocas…”, de Salvador Novo, vio primero la luz en Sagitario, antes de que se recogiera en Ulises.
Así como podemos leer colaboraciones de Ermilo Abreu Gómez —el mayor colaborador mexicano—, Alfonso Reyes o Manuel Gómez Morín, entre otros, el peso de las contribuciones recae, sobre todo de quienes un año después del fin de Sagitario, fundarían Contemporáneos.
“Escrita en enero de 1927, la peculiar reseña (saturada de chistes privados, de analogías cultistas, de coloquialismos oscuros, muy al estilo habitual del Owen ‘crítico’ apareció en la revista Sagitario”, dice Guillermo Sheridan en la única mención que en Los Contemporáneos, ayer (p. 229) aparece de la revista de Humberto Rivas. Se refiere a la reseña que Gilberto Owen hizo de Reflejos, el libro de Xavier Villaurrutia, aparecida en el número 9 de Sagitario (15 de febrero de 1927).
Como bien señalan los editores, apenas hay un puñado de referencias sobre la revista y su relación con los miembros de Contemporáneos ha sido abordada por Stanton (2018), Jalife (2019) y Jalife & Pineda (2020). A propósito de las discusiones sobre la poesía pura en México, dicen estos últimos, que Sagitario fue la palestra donde los mexicanos “parecían perseguir una doble meta: sumarse al debate europeo” sobre la pureza estética y, también, “clarificar su posición poética en medio del ambiente polémico en el que se encontraban situados” (2020, p. 197).
Bien entre los estridentistas y los contemporáneos, como plantea Stanton; ya como palestra de los jóvenes mexicanos, Sagitario se nos muestra como una empresa entre varias aguas. Las primeras, las del Atlántico que dividen los intereses de una publicación que fue, sobre todo, mitad española, mitad mexicana; pero también entre las expresiones literarias y las artísticas, pues se publicó a una gran cantidad de artistas, tanto europeos como hispanoamericanos, y no en balde la revista dedicó una atención considerable al argentino Emilio Pettoruti. Sin embargo, la edición facsimilar de Sagitario permite poner especial atención en el desarrollo del arte mexicano de su época, no sólo porque en sus páginas publicaran Diego Rivera o Gabriel Fernández Ledesma, sino porque estuvo interesada en las nuevas expresiones pictóricas o fotográficas mexicanas e, incluso, en las exposiciones de niños pintores mexicanos.
El último número de Sagitario fue, sin embargo, una buena muestra de lo que ese arquero hispanoamericano se propuso: entre el “Manifiesto de la ‘Liga Antiimperialista’” de la Sección chiclayana; los ecuatorianos Hugo Mayo y Leopoldo Benítes; Owen, Torres Bodet, Salvador Dalí y Pedro Garfias, entre otros, Humberto Rivas procuró mostrar la cultura hispanoamericana de su tiempo, pero también, debe decirse, la revista hizo propia la idea de que la convivencia del pasado y el presente en sus páginas era una forma de restituir la tradición pero también de vivificarla con voces y miradas nuevas.
Referencias
- García, Carlos (ed). (2021). Ultra. Poesía-Crítica-Arte, 1921-1922. Madrid: Ediciones Ulises.
- García-Sedas, Pilar y Carlos García (eds.) (2024). Sagitario. Revista del siglo XX (1926-1927). Madrid: Ediciones Ulises.
- García-Sedas, Pilar. (2009). Humberto Rivas Panedas. El gallo viene en aeroplano. Madrid: Renacimiento.
- Jalife, Anuar. (2019). “Sagitario: en busca de una cultura mexicana moderna”, en Anuar Jalife y Ernesto Sánchez Pineda (coords.), La palabra y los días. Estudios sobre prensa y literatura mexicana. Guanajuato: Universidad de Guanajuato, pp. 93-118.
- Jalife, Anuar y Ernesto Sánchez Pineda. (2020). Los Contemporáneos y sus reflexiones sobre la pureza artística en las páginas de la revista Sagitario (1926-1927), en La palabra y los días II. Estudios sobre prensa y literatura hispanoamericanas, Guanajuato: Universidad de Guanajuato, pp. 191-221.
- Rivas, Humberto. (1927). “De México”. revista de avance 11 (15 de septiembre), p. 278.
- Rivas Panedas, José. (2015). Poeta ultraísta, poeta exiliado. Textos recuperados / Edición e introducción de Carlos García y Pilar García-Sedas. Madrid: Iberoamericana Vervuert.
- Sheridan, Guillermo. (1985). Los Contemporáneos ayer. México: Fondo de Cultura Económica.
- Stanton, Anthony (2018). “Un ultraísta invisible entre estridentistas y Contemporáneos: Humberto Rivas Panedas y su revista mexicana Sagitario (1926-1927)”, en Rose Corral, Anthony Stanton y James Valender (eds.), Laboratorios de lo nuevo. Revistas literarias y culturales de México, España y el Río de la Plata en la década de 1920. México: El Colegio de México, pp. 305-337.

Malva Flores es poeta y ensayista. Autora de La culpa es por cantar. Apuntes sobre poesía y poetas de hoy (Literal Publishing/Conaculta, 2014), Galápagos (Era, 2016), A extraña línea quebrada (Literal Publishing, 2019) y Sombras en el campus (Bonilla, 2020). Su libro más reciente es Estrella de dos puntas (Planeta, 2020), por el que obtuvo el Premio Mazatlán y el Premio Xavier Villaurrutia. En 2022 recibió el Premio Internacional Alfonso Reyes. Manual para el crítico literario en emergencias (El Equilibrista/UV, 2024) es su título más reciente. Colabora en Letras Libres y es columnista de Literal Magazine. X-Twitter: @malvafg
Posted: November 4, 2025 at 7:04 pm







