Essay
Ascenso de la ultra derecha, descenso a los infiernos

Ascenso de la ultraderecha, descenso a los infiernos

Diego A. Rosso

Algunas primeras impresiones en caliente

56% de los votos obtuvo Milei en la segunda vuelta electoral en Argentina.

En política nada es homologable, pero las generalizaciones sirven para comunicar tendencias generales de procesos muy complejos a quien no conoce los detalles. Y en ese sentido, Milei es Bolsonaro o Trump, por mencionar a quienes pasaron por un gobierno en los últimos años; Uribe, si queremos mirar con un poco más de perspectiva o el pinochetista Kast o Abascal (de VOX en España), por mencionar los que no lograron (aún) alcanzarlo.

En el sentido de que las políticas de Milei van a afectar a la mayoría de la población, el pueblo argentino votó contra sí mismo y de forma contundente. Insisto, 56% en segunda vuelta. Pero los resultados tienen motivos fundados en la pobreza y desigualdad creciente.

La trágica victoria de Milei tienen un carácter simbólico en el 2023, año en que la joven democracia argentina (y quien escribe) cumple 40 años. Esta democracia consagró, y hasta el momento lo mantiene, una capacidad de alternancia partidaria, sin fraudes, donde todas las fuerzas políticas mayoritarias han ganado y han perdido. Dio un marco institucional a conquistas producto de la lucha de décadas del movimiento obrero y popular en general. Elevó al país como faro regional para movimientos como el de Derechos Humanos (emergente fundamentalmente de la oscura noche de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica) y los feminismos (emergente de otra tragedia aún en curso: femicidios, las muertes por la búsqueda por un aborto seguro, etc).

Pero al mismo tiempo, esta democracia cristalizó un piso de pobreza que raramente se ubicó debajo del 20% del año 1983 a la fecha; impuso una precarización laboral creciente, y en el último período, una novedad que no existía en Argentina: trabajadores registrados, con contrato y estabilidad laboral, pero con salarios por debajo de la línea de pobreza.

La tentación siempre está en poner como responsable a “la política” en abstracto o a “la corrupción” como si fuesen males que se contagian como el coronavirus. Sin pretender profundizar en la cuestión más que unas pocas líneas, podemos decir que Argentina tiene una estructura económica dependiente de la generación de divisas, fundamentalmente a través de la exportación de granos (de acuerdo con la época ha sido predominante el trigo, el maíz o la soja, entre otros) y commodities en general. Es decir, el Estado requiere dólares para poder comprar las mercancías que consume la población. Y esos dólares ingresan, casi exclusivamente a través de esas exportaciones. Pero incluso para la producción industrial requiere de divisas para hacerse de los bienes de capital.

Y sí, somos un gran productor de commodities, lo que puede jugarnos muy a favor. Pero el problema no está en la generación de riqueza sino en la apropiación de ésta. Y para apropiarse de una porción de esa riqueza exportada, el rol del Estado argentino ha sido fundamental, por acción u omisión. (Además vale recordar que en Argentina no ha habido reforma agraria).

Cuando el Estado se apropió mediante diversos mecanismos de una buena parte de esa renta, Argentina logró mejores condiciones de vida para amplios sectores de la clase obrera. Incluso (y de esto se enorgullece cínicamente la derecha local) generando la impresión falsa de que era un país “diferente al resto de América Latina”. Y digo cínicamente porque los sectores que destacan una supuesta superioridad son quienes detestan a los gobiernos que realizaron tal apropiación de renta para realizar obra pública, desarrollar el sistema de educación y salud pública gratuita y de calidad, etc. Pongamos nombre y apellido: Mauricio Macri representa fielmente a esos sectores que ven al país como “un pedazo de Europa en América Latina”, pero a la vez, considera que los males de Argentina se deben a la presencia del Estado en la educación, la salud, los hidrocarburos, etc.

La cuestión es que la magnitud de esa renta fue suficiente para hacer “populismo” hasta cierto momento. De hecho, la dictadura de 1976 se puede pensar como una consecuencia del agotamiento de ese modelo de acumulación y crecimiento que siempre estuvo en tensión. Y con la derrota de la dictadura, a la nueva democracia no le alcanzó con la apropiación de renta. Por eso, pasamos de un 4% o 5% de pobreza previo al golpe de 1976 a un 20% al finalizar la dictadura, un pico en la crisis de 1989 que la llevó arriba del 40%, un nuevo pico en el 2001 que la elevó al 55% y luego una disminución durante el kirchnerismo, pero nunca por debajo del 25%, incluso en su época “dorada”. Hoy estamos arriba del 40% (no sé exacto cuánto, porque las últimas mediciones son de septiembre y la crisis se profundizó mucho estos últimos meses). Es decir, cada crisis se resolvió con una mayor transferencia de riqueza de la clase obrera a los capitalistas agrarios.

Tomada de https://www.ambito.com/opiniones/pobreza/cual-fue-la-verdadera-fabrica-pobres-los-ultimos-50-anos-n5138668

¿Y todo esto a qué viene?

La sensación de hartazgo con toda la “clase política” es total. Como en el 2001, pero sin el estallido popular rebasando a los partidos y movilizándose en las calles masivamente. En la campaña se habló mucho de la importancia de conservar derechos. Voy a ser repetitivo: la educación pública, gratuita y de calidad, la salud pública y gratuita, el recientemente conquistado aborto, la asignación universal por hijo (un programa que entrega dinero a todas las madres con hijos y que viene siendo sostenido durante hace ya más de una década), entre otros. Pero el problema es que parte de ese 40% mira que esos derechos pasan “por el costado”. No les toca, o más bien, les toca tan poquito que no los saca nunca de la pobreza y en muchos casos, de la miseria. Son generaciones que crecieron en la pobreza, en la marginalidad. Ellos, sus madres, sus padres. ¿De qué derechos les hablan?

Por supuesto no son ellos los únicos votantes de Milei. También hay sectores de patronales agrarias, o grandes empresarios de los Unicornios (como Marcos Galperín de Mercado Libre) o de industrias de exportación como Techint que apoyaron a Milei, y una mayoría de los medios de comunicación de masas tradicionales. Y como si ello fuera poco, un fenomenal manejo de redes con la tristemente célebre microsegmentación.

Por eso es que la tragedia, no coyuntural sino histórica que se cierne sobre el país, tiene como responsables políticos a las dos coaliciones políticas mayoritarias, que podríamos sintetizar como “la derecha macrista” y el “populismo” peronista en sus diversas variantes, como responsables más profundos a los malos de la película de siempre (terratenientes agrarios y patronales agrarias) y el agotamiento relativo (a la población) de la fuente de generación de divisas: la renta de la tierra.

Hoy se cierra un ciclo que pone de manifiesto lo que la izquierda (esa que no supera el 5% de los votos) dijo desde 1983: esta democracia es una farsa, y hay que defender lo que tiene de democrático, pero sin dejar ni un segundo de desenmascarar su carácter excluyente, machista y empobrecedor.

No hay que minimizarlo. El triunfo de Milei es una tragedia con todas las letras. Empezó una nueva etapa. La de redoblar la organización y la resistencia.

Para cerrar, algunos puntos de quién es Milei y qué plantea él y su fuerza política:

  1. Su vicepresidenta, Victoria Villarruel, es hija de un genocida, defensora de genocidas y ya no negacionista de la dictadura sino apologeta. Y esto no sucedía desde hacía 40 años.
  2. Plantea la dolarización de la economía, experiencia que en todos los países que se hizo fue catastrófica. Encima con el peor timing, el del dólar perdiendo valor.
  3. Postula la ruptura de las relaciones con los países “comunistas”. Pero a los dos que menciona son, oh casualidad, los principales socios comerciales de Argentina: Brasil y China.
  4. Su prioridad en política exterior según dice son Estados Unidos e Israel (justamente hoy, en medio del genocidio que están llevando a cabo).
  5. Miembros de su partido hablaron de un proyecto de ley donde se pueda renunciar a la paternidad.
  6. En sus actos políticos aparecía con una motosierra como símbolo de su plan de recorte de los empleados estatales.
  7. Dice que su asesor es Conan, quien está muerto y le habla a través de su hermana que es médium. El punto es que Conan era su perro.
  8. Actualmente tiene 4 perros, todos clonados a partir de Conan.

(Soy consciente que buena parte de esto puede estar tamizado por el momento. Hace menos de 24 horas nos enteramos de los resultados que, al menos yo, no esperaba).

*Imagen de Pablo Flores

Diego A. Rosso es sociólogo y periodista (de formación). Fue docente e hizo una maestría en estadística y actualmente trabaja con números. Nació y creció en Argentina, pero también vivió en México. Alguna vez fue militante orgánico de un partido político trotskista. Hoy trata de interpretar la realidad desde el materialismo histórico y buscar qué hacer para transformarla. Tiene muy pocas respuestas, pero cada día más preguntas.

©Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.

Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores y columnistas son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de esta revista ni de sus editores, aunque sí refrendamos y respaldamos su derecho a expresarlas en toda su pluralidad. / Our contributors and columnists are solely responsible for the opinions expressed here, which do not necessarily reflect the point of view of this magazine or its editors. However, we do reaffirm and support their right to voice said opinions with full plurality.


Posted: November 20, 2023 at 5:26 pm

There is 1 comment for this article
  1. patricia gras at 12:09 pm

    First of all. The people voted against themselves. Wow. Little respect for the Argentine populace fed up with the corruption, lies, fraud, thievery, ineptitude and disaster the so called “left” has caused Argentina. Let me be clear, I am not in favor of the extreme left, or the extreme right. I am however in favor of rational decisions on either side of the spectrum. You hardly mention the suffering of the Argentine people. The steep decline in its economy, and its social and political instability.
    The writer mentions quality education and health care really? Please use statistics to prove your point. Some of what he writes about Miilei at the end of this article it is true, but nor I or the writer know what will happen next. Primarily what we disagree on is to undermine the real reasons Milei won. It isn’t because the Argentine people are dumb, it is because in my humble opinion, they are desperate and tired of crisis after crisis. Let us all hope whatever happens next is best for the country. Forget ideology. I could care less if Argentina was ruled by the left or the right if they do what is best for the nation.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *