Poetry
Linterna mágica

Linterna mágica

Carlos López Beltrán

1

Bajo el raso brumoso de Crimea
soldados en el lodo se atarean
en volver al cuartel. Con labios negros
de coágulos y ceniza, prisioneros
jalados de pies y manos por carretas,
caen, se levantan, gimen… De esa lenta
procesión de siluetas surge un rostro
infantil; una luz lo boceta:
un hijo de otros,
hijo de hombre y de mujer,
camino a desaparecer.

 

2

Un actor japonés en el televisor
loco de confusión y de amor propio
(interferencia lo criba en el viejo osciloscopio
sin color)
escucha la respuesta de su mujer. Se acerca
la cámara hasta las muescas
de sus ojos intensos ante el duro
dilema… y como los de Armendáriz
tiembla tal vidrio frágil
entre la perfección y el desfiguro.

 

3

Flashazos de azul neón tras la cortina:
me asomo.
Entre llantas, charcos y detritos
que tizna el plomo,
animales adictos
a la penumbra reconocen su rutina.
No son niebla los gatos sino grumos
densos de electricidad y mugre.
Los roedores reciclan excremento
agusanado y vivo en el cemento.
Y los muchachos de esta esquina,
se abrazan, puyan, luchan, se confiesan,
volviéndose un incendio en la maleza
azuzado por vapores de tequila.

 

4

Recogieron sus restos a paladas.
Desde las tres, aquella madrugada
bajaron en silencio los cayucos,
sin remar, empujados por los tumbos
del turbio río en diagonal.
Hasta las cinco en una bruma pertinaz
trescientos campesinos enlutados
se acomodaron por el mercado.
Como uno solo treparon con machetes
la suave loma hasta el 227
de la calle de León. Sin sus sicarios
sorprendido el señor dio muerte a varios
con un cuerno de chivo y dos granadas.
Y recogieron sus restos a paladas.

 

5

Vive en el templo la oquedad
como en racimos,
y el fermento del incienso da caminos
artificiales por el que las cosas
etéreas o enormes caben entre losas
y adquieren musgo y ranuras con la edad.
Tres soldados romanos entre sueños
cuelgan a Jesucristo de dos leños.
Puedo intuir por sus huesos
a una madre esperando su regreso.
En la niña cae paz que ha recorrido
millones de años luz y con sigilo
prende un cono en que el azul despeja
vahídos, negritud, porosidad y deja
un pasmo y un señuelo
para el que aprende vuelo.


Posted: April 19, 2012 at 5:53 pm

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