Últimos paisajes de la ucronía
Mabel Cuesta
El reciente cuaderno de la poeta Odette Alonso, Últimos días de un país, publicado por la Universidad Autónoma del Estado de México y ganador de la edición ochenta y cinco del “Premio Clemencia Isaura de Poesía”, Mazatlán, Sinaloa, 2019 es un paisaje ucrónico; un delicadísimo relato que en menos de sesenta páginas y un reparto de treinta poemas más uno, nos acerca al país que pudo ser y no fue y también al que es en la imaginación y no.
La tensión más importante, acaso el jaque mate, al que estos versos nos someten se articula justamente en su falta de voluntad para convencernos de “algo”. Siendo ese “algo” la belleza de un país o su ruina. Con fragmentos que recuerdan piezas de un rompecabezas viejo, la poeta nos habla de un sueño, una visión, una memoria, la página suelta de un diario aquel día que era lunes y más adelante muestra otra de cuando fue martes -anoto aquí que la semana no termina y eso crea un desasosiego muy particular al/a lector/a recio/a. Y aunque no lleguemos a saber si efectivamente fue un martes el último día del ucrónico país retratado, la poeta sigue: una foto, un testamento, un origami, unas llaves, una calle, ellas (“Nosotras”, Alonso 55)…
El todo del rompecabezas (intuido también como inconcluso) termina proyectando un paisaje imposible no por ese sentido inacabado sino por su ilegibilidad. Ucronía, insisto, porque todo lo que no pasó podría ser comprobado en el archivo no oficial pero igualmente histórico de la zaherida isla de Cuba.
La poesía, su lenguaje, ha tenido desde siempre ese destino: hacernos vivir (o padecer) lo que la realidad de ordinario nos escamotea. Alonso lo sabe, pero no le importa demasiado -no esta vez. Esta vez lo olvida y por eso mismo lo consigue. Cada uno de los poemas de Últimos días de un país destila una sola urgencia: deshacerse de sí mismos. Haz el ejercicio. Abre cualquier página y sabrás de qué te hablo: “Huye/dijo la madre/acodada en la prisa de los merecimientos/sálvate de la injuriosa miseria de estos días/del sueño congelado” (Alonso: 32). La madre, la amante, los amigos, la ciudad, la casa que se cae, los sedimentos enfermizos (mas siempre productivos) del trauma, el pasado, el pasado, el pasado… todo ello debe terminar aquí. Por eso es un paisaje exorcista y último: porque tanto el país que es como el que pudo ser se pliegan sobre sí mismos y juntos desaparecen.
He leído a Odette Alonso con asiduidad. La he estudiado como narradora y como poeta y he celebrado, desde la primera vez, su acercamiento riguroso y hermosamente simple a la palabra. Sus mundos, desfachatados a ratos y a ratos sublimes -pero siempre eróticos- me pusieron de frente a la sorprendida muchacha lesbiana que yo empezaba a ser hace casi veinte años. Mundos que junto a las manos de mi amante pudieron explicarme, por fin, mi cuerpo. Su paciencia de orfebre, su manía de anotarlo todo y desechar lo que no sirve en un singular ballet para dedos y bolígrafo, han sido por casi veinte años motivo de mi pensamiento crítico; especialmente cuando el resultado de esa danza ha sido un libro nuevo. Por todo lo anterior me acerqué a Últimos días de un país con la certeza de que la Odette de siempre me hablaría. Pero me equivoqué.
Este cuaderno no solo supera toda su obra anterior en cuanto a la precisión del lenguaje y los escenarios ubicuos que con éste consigue, sino que la hondura de sus enunciados permite hablar de un clímax en la totalidad de su obra. Clímax, cima, madurez superable (todo lo es); pero desafiante. La poeta Odette Alonso que aquí termina con un paisaje, la que de él se deshace para seguir, tendrá que indagar (o ser indagada) en y por un cosmos que todavía no está aquí. Uno en donde quien interroga: “¿De qué sueño han salido esta casa/ y sus espejos?” (Alonso 36), eche verso, fuego y ucronía sobre un paisaje/país que ella misma tendrá que volver a dibujar.
Mabel Cuesta: Ensayista, poeta y narradora. Ha publicado In vía, in patria (Literal Publishing, 2016) Nuestro Caribe. Poder, Raza y Postnacionalismos desde los límites del mapa LGBTQ (Isla Negra, 2016); Bajo el cielo de Dublín (Ediciones Vigía, 2013); Cuba post-soviética: un cuerpo narrado en clave de mujer (Cuarto Propio, 2012); Inscrita bajo sospecha (Betania, 2010); Cuaderno de la fiancée (Ediciones Vigía, 2005) y Confesiones on line (Aldabón, 2003). Es profesora de Lengua y Literatura Hispanocaribeñas en University of Houston. Twitter: @luzbinaria
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Posted: January 30, 2020 at 4:41 pm