Reviews
Los hermosos: una ficción sobre la poética de los emigrados

Los hermosos: una ficción sobre la poética de los emigrados

Sofía Almiroty

Desde los movimientos vanguardistas de fines del siglo XIX y principios del XX hasta hoy, los artistas decidieron tomar el pulso de lo cotidiano y elevarlo a categoría de obra de arte. Los escritores experimentales del grupo OULPIO –Taller de Literatura Potencial, por sus siglas en francés– basaron sus investigaciones literarias en quebrar las normas, generar una fisura en la expectativa del texto –en la forma, en las sintaxis, en alguna cuestión que alertara sobre el artificio– para realzar el valor poético. Uno de sus referentes, Georges Perec, definió como ‘lo infraordinario’ al lenguaje de lo cotidiano, el decorado de lo familiar, el yo de los trabajos y los días, a fin de cuentas, una no-literatura que de todos modos es literatura. Es un fracaso intentar resumir en esta reseña la tradición en la que se podría enmarcar Los hermosos (SED ediciones), la última novela del autor e ilustrador argentino que viven en EE.UU desde hace más de veinte años, Hernán Vera Álvarez. Pero fracasar es un motor importante a la hora de escribir y de hacer cualquier cosa que tenga que ver con el deseo.

Esta novela construye el recorrido de personajes que migraron por razones económicas y se encuentran viviendo en Miami. Son el arquetipo del desclasado, el sospechado, el desamorado, el trabajador nocturno, el que realiza las changas que nadie quiere hacer. El autor elige contar esta tribu de vagamundos en una novela que es un artefacto literario. Un artefacto híbrido que se potencia en el cruce de fronteras, como lo hacen sus personajes.

En este no-policial desarticulado en diferentes fragmentos, los argentinos que conversan denuncian en sus voces y modos de vivir lo miserable y triste que puede ser migrar en condiciones de soledad y carencia económica. En esta fragmentación toma fuerza la mirada política del autor que en su propia piel conoce de los laberintos del proceso migrante: largo y desolador, incierto y tramposo, hasta que uno se convierte en lo que soñó.

En estos textos, que podrían ser retazos de un tejido que no terminó de zurcirse, se realza la no pertenencia de sus protagonistas y también toma fuerza la condición en la viven y que sostiene la tensión durante la obra. Y esta potencia no se disuelve en lo fragmentario, sino que gana fuerza en la acumulación politextual.  Estos textos son: una obra de teatro, el diario de un escritor lúcido y extranjero que recorre un nuevo destino en el proceso de migración, un intercambio epistolar entre dos hombres que fueron amantes, las transcripciones de otros discursos que son dislocados de contexto, al mejor estilo dadaísta, y empalmados en una novela –en esta novela– donde el autor se da el lujo de escribir con deseo y desparpajo. Estas transcripciones incluyen desde brochures comerciales que son manuales de manipulación para convencer a personas distraídas que compren algo que no necesitan hasta transcripciones de sueños donde un inmigrante es deportado por la policía estadounidense.

En la genealogía rota de Los hermosos también asoma un retrato oral de los argentinos que migraron a La Florida a raíz del 2001. Aquel diciembre que dejó al país –a las personas– en la quiebra financiera durante el mandato del entonces presidente, Fernando De La Rúa, y que resultó en su renuncia y en un proceso de expulsión masiva de la clase media a otros puntos del mapa.

Es en la oralidad y, en definitiva, en la lengua, donde estos personajes extranjeros se encuentran. Al mejor estilo Manuel Puig, Los hermosos es una apuesta por el lenguaje y la forma de decir. Como dice Eduardo Soler, el personaje ‘ilustrado’, el escritor bohemio, el recién llegado, y desde donde se narra uno de los puntos de esta polifonía degenerada, la lengua es una puta. Y vuelve a decir en el diario de escritor que ocupa uno de los capítulos: Otra vez el ofrecimiento de Miami: sol y palmeras, ni inglés ni español, estar en una no-zona, donde no es ni Estados Unidos ni Latinoamérica, algo así como un travestismo de la lengua. Este travestismo que caracteriza a Miami, el lugar que recibe a los personajes, está en permanente tensión entre la fe que tienen ante esta nueva posibilidad y con el odio que tienen por tener que vivirla, y en permanente diálogo con la hibridez que elige el autor para darle potencia a las voces que se calzan estos hermosos.

La manera de hablar de sus personajes toma el estilo estridente y honesto con el que Puig hizo siempre hablar a los suyos. Entonces, por esto, Los hermosos se puede leer en clave de homenaje a quien puede ser quizás el escritor argentino marginal por antonomasia. Un autor exiliado no solo de su país, también del canon de su época. Un escritor díscolo que reivindicó la cultura de masas y se apoyó en otras disciplinas para abonar sus novelas: en el cine y en géneros subvalorados como los radioteatros y los folletines, el autor que hizo del chisme y del mal gusto su poética. En estas esquirlas literarias se cuenta la vida de estos hermosos y Vera Álvarez reivindica el amor por las cosas y el mundo tal cual son, toma lo personal y lo reconoce político y narra desde la mirada de los desafortunados.

Si se decide abordar la novela en esta clave de lectura, los personajes narran las miserias de la clase media, también como hizo Puig en sus novelas sobre esa misma clase en boca de enfermos, viejas, locos, guerrilleros, homosexuales, empleadas domésticas. Las voces del desprestigio. En esta apuesta por narrar el fracaso termina consiguiendo una novela luminosa, llena de contradicciones y matices, como la vida de los personajes que realmente interesan, especialmente, aquellos que han fracasado.

Los diálogos sin referencias espaciales o escenográficas, donde varios de los personajes dejan ver sus opiniones políticas sobre los países que dejaron, sobre el amor, sobre el país que los hospeda, sobre las dificultades para conseguir dinero y renta sin tener papeles, sobre la persecución policial, dejan en relevancia la conversación como un dispositivo vincular y de difusión de información esencialmente humano. La conversación y la comunidad como los ejes de apoyo en el intento por construir nuevos comienzos.

Pero esta novela no se queda solo ahí, además de una cartografía de las complicaciones que vive un inmigrante es un mapa de las idiosincrasias de estos personajes. En un momento el personaje escritor, Eduardo, dice: Nunca se detuvieron a pensar que Miami alberga represores y aliados políticos, gobernantes sudamericanos corruptos y gente que ha sufrido esas políticas y se marcha del país por eso. Víctimas y victimarios se encuentran en la calle. También es este personaje narra en su diario que visita bibliotecas a las que van los vagabundos a dormir y buscar algo de calor. La empatía por la otredad es otro de motores que empujan esta obra.

La mirada de observador que al mismo tiempo vive el infierno que narra puede resumir el travestismo del universo poético y político de Vera. La trastienda de un cuento o de una novela, dice otra escritora argentina, Liliana Heker: podría ser indagar los móviles ocultos, las intervenciones del azar, las búsquedas, las coartadas y manías que intervienen en la escritura de una ficción. Así parece estar zurcida y gestada esta novela de fragmentos que compone un tejido de caprichos del azar que operan en la vida de las personas, de estos hermosos y de todas las obras de arte.

 

Sofía Almiroty (Buenos Aires, 1986) es escritora. Estudió Comunicación Social y Escritura Creativa (UNTREF). Muchos de sus trabajos han sido publicados en La Nación Revista, Anfibia, Compost, entre otros medios. Co-fundó Amplitud, una organización social que brinda capacitaciones para medios comunitarios y donde trabajó como tallerista, coordinadora de comunicación y productora de los programas de la ONG durante más de diez años. Formó parte de La Sede, un grupo de investigación corporal escénica con el que participó de obras y residencias. Actualmente coordina talleres y clínicas donde el archivo y los registros personales son el foco de la investigación y brinda acompañamientos narrativos a artistas y proyectos independientes. Mala carne es su primera novela.

 

© Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.

Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores y columnistas son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de esta revista ni de sus editores, aunque sí refrendamos y respaldamos su derecho a expresarlas en toda su pluralidad. / Our contributors and columnists are solely responsible for the opinions expressed here, which do not necessarily reflect the point of view of this magazine or its editors. However, we do reaffirm and support their right to voice said opinions with full plurality.


Posted: January 23, 2023 at 10:43 pm

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *