El surrealismo de Darren Aronofsky
Jaime Perales Contreras
¡Madre! (2017), de Darren Aronofsky, es un filme surrealista. O, como diría el rumano Stefan Baciu, es una película surrealizante. Es decir, intenta continuar de alguna forma esta gran corriente estética de principios del siglo XX.
El único director de cine reconocido originalmente como surrealista fue Luis Buñuel, quien fue adoptado, junto con Salvador Dalí, por el poeta Andre Breton al ver el cortometraje Un chien Andalou (1929). Entre los cineastas que han sido influenciados por el surrealismo, se pueden nombrar al norteamericano David Lynch, el japonés Seijun Suzuki, la Nouvelle vague del cine francés de la década de 1960, entre los que se encuentran Jean-Luc Godard y Alain Resnais, algunos primeros filmes del polaco Román Polanski, y, por supuesto, Darren Aronofsky, entre otros.
La película trata como temática general el grave bloqueo literario de un poeta famoso, llamado simplemente Él (Javier Bardem). Este bloqueo se debe al trauma que sufrió al haberse incendiado su casa. Su muy joven esposa Madre (Jennifer Lawrence), reconstruye con sus propias manos la casa por el cariño y afecto que le tiene a Él. La soledad en que ambos viven en esa casa de campo es abruptamente interrumpida por un visitante (Ed Harris) y su esposa (Michelle Pfeiffer). Después de ello, la situación de tranquilidad y soledad se fractura y se complica con diversas situaciones trágicas, oscuras y bizarras que ocurren en el filme.
¡Madre!, a su vez, más que un filme, parece una obra de teatro, debido a que la unidad de espacio ocurre prácticamente en la casa, la cuál es otro protagonista importante para el desarrollo de la trama. En ¡Madre!, a diferencia de El Ángel exterminador de Buñuel, la gente no quiere salir de la casa, sino entrar a ella. También, la sátira hacia la religión recuerda mucho al ateo Luis Buñuel, quien tuvo a este tema como una de las obsesiones de su obra.
Al igual que la Nouvelle vague, la película intenta deliberadamente confundir al espectador. En las dos primeras partes inicia como un filme de estructura narrativa tradicional, un thriller, y después se va transformando en una ejercicio experimental con grandes guiños de horror que recuerda al surrealismo y a la Nouvelle vague, como es el caso de la historia fracturada de Le année dernière à Marienbad (1961) de Resnais, con el guión de Alain Robbe-Grillet
Asimismo se observa la influencia en ¡Madre! del teatro del absurdo, como es el caso de Beckett y Ionesco. Además, la famosa mancha de sangre que no se logra borrar del tapete de la casa, emula a The Canterville Ghost de Oscar Wilde
El carácter grotesco y absurdo de admiración y destrucción que existe entre los personajes recuerda Las ménades de Julio Cortázar, mientras que el tiempo circular en que se desarrolla la película nos trae a la memoria El milagro secreto de Borges o el famoso y macabro cuento de Ambrose Bierce An Ocurrence at Owl Creek Bridge, que fue agradablemente traducido a la pantalla por Robert Enrico y que Rod Serling incluyó este mediometraje en la serie de The Twilight Zone, el cual probablemente Aronofsky vio con provecho.
La película, a su vez, se convierte en una feroz sátira, una crítica ácida a la fama y sus consecuencias, a la Civilización del espectáculo, como diría Mario Vargas Llosa, en el que el artista se convierte en un pequeño dios, en el que todo el mundo quiere participar de su religión.
Thriller, película de horror, filme experimental, parábola moral sobre Dios y la naturaleza, crítica a la religión, a los falsos dioses y al nihilismo de la época contemporánea. Todo esto se podría decir que es ¡Madre! ¿Es un gran filme o es un fracaso? Este dilema que sufre esta película es el que padecieron muchas de las obras de las vanguardias de principios del siglo XX, entre las cuales se encontraba el surrealismo. La Avant-garde intentaba transgredir las formas establecidas. ¡Madre! precisamente es un filme que intenta ser transgresor y de ambición desmesurada. Habría que darle tiempo a la película para que sea asimilada y ver si algún día se podrá considerar un clásico, como fue el caso de algunas obras del surrealismo.
Jaime Perales Contreras. Autor de Octavio Paz y su círculo intelectual (Ediciones Coyoacán/ITAM (2013)), su último libro es un volumen de relatos titulado El gallo que fingió ser Jorge Luis Borges (Fontamara (2015)). En este año se publicará la segunda edición corregida y aumentada de su ensayo biográfico sobre Octavio Paz.
©Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.
Posted: October 11, 2017 at 9:59 pm