La heráldica del hambre
Sergio Pérez Torres
XXX.
Él se hunde en mi hambre,
la profundidad en la que una pluma cae sin ejercer su peso;
cuando sus ojos me miran los demás astros ponen atención.
La noche está hecha de heridas más graves que la ausencia,
con cada rostro heredado por el polvo ha crecido un silencio,
un tiempo así,
en que las nubes llueven pero el agua no toca el fondo,
es la tristeza evaporada.
Me siento en la orilla de mi cama y miro al techo,
imagino cómo medir el número de leones en mi corazón,
su furia frustrada por el hambre,
él parece las visitaciones de los dioses en la antigüedad,
con un misterio fijo para pronosticar el mundo:
ojos felinos, sidra de manzana, tiempo de morir.
¿Qué significará el desierto de mi cuello seco?
¿Habrá paz para la onda de calor que lo lame en cada sueño
cuando pienso en él antes de que duerma?
¿Él sabrá que los leones tal vez no se lanzan
por ver si él se demora un poco más en este pozo?
La suerte pasa como un florero del cual no puedo beber,
las flores sangran y parecen de un destino mayor al mío,
se aferran a su suelo como a una realidad definitiva,
en cambio yo vivo con el aire y hago truenos,
mis huellas descalzas de nube negra en nube negra
fantasean con que se quedará a dormir al fin.
*Este poema pertenece a La heráldica del hambre. El Carruaje Ediciones / Universidad Autónoma de Nuevo León, 2018 (en proceso).
Posted: June 28, 2018 at 10:37 pm