Lecturas 4x4
Lecturas 4×4: Reseñas de audiolibros

Lecturas 4×4: Reseñas de audiolibros

Anadeli Bencomo

Junto con la pandemia y el confinamiento obligado, se dio la restricción al acceso a librerías y bibliotecas al tiempo que los espacios domésticos de la lectura se vieron asediados por el alboroto de la casa llena. La lectura en solitario se convirtió en un acto precario, asediado por la explosión de las tareas domésticas y escolares, las interminables horas frente a la pantalla de la computadora o frente a los noticieros que nos informaban de las cifras nefastas de las víctimas del Covid 19 alrededor del mundo.

En medio de este cambio radical de rutinas personales, familiares y profesionales, se sucedieron fenómenos como el de la explosión del consumo de audiolibros. La industria del audiolibro se vio beneficiada desde el inicio de la pandemia por el auge de subscriptores de plataformas como Audible o Storytel. Junto al aumento de subscriptores que ratificaba la contundencia de un Audioboom, se dio la respuesta esperada con una eficaz creación y promoción de numerosos contenidos audio (podcasts, audiolibros). El titán de Amazon lidera al formato digital audio con Audible, que incluso ofrece un servicio para hablantes de español “Audible Latino”. La plataforma Storytel, con sede principal en Europa, ofrece a su vez un impresionante catálogo de audiolibros en español donde predominan las novedades, los títulos recientes.

He disfrutado infinitas horas de estas narraciones durante los últimos meses, compartiendo con amigos y colegas mis recomendaciones. Ahora, gracias al espacio que me brinda Literal, ofreceré a un público mayor mis valoraciones de algunos de los títulos mejor logrados en el formato de audiolibro al tiempo que sopesaré algunos de los rasgos particulares de este nuevo formato editorial. Por ello es que a esta columna la titulo “Lecturas 4×4” para referirme a 3 de las características que definen al audiolibro.

En primer lugar, los audiolibros constituyen el cuarto formato en la historia editorial (tapa dura, de bolsillo, libro electrónico y audiolibro). Al mismo tiempo, los audiolibros son posibles gracias al advenimiento de la cuarta pantalla en nuestras vidas (cine, televisión, computadoras y teléfonos celulares). El audiolibro ofrece, además, una lectura 4 x 4 no sólo por sus particularidades formales, sino también porque permite transportar a la lectura a espacios y rutinas múltiples, sin la exigencia de la soledad o el tiempo de ocio que exige la lectura de un libro impreso. Gracias a la tecnología de los celulares, podemos acceder a los libros mientras nos ejercitamos al aire libre o en el gimnasio, mientras nos dedicamos a la jardinería o a las labores domésticas, mientras manejamos. De ahí que yo considere a los audiolibros como un formato que permite una lectura ‘a todo terreno’, como si estuviéramos al volante de un vehículo de tracción 4×4 que nos permite llegar a parajes por diversas vías.

Confieso que hace tiempo que no leía con la voracidad con la que me he volcado en este formato audio. Escucho un promedio de 2 libros semanales, de preferencia narrativa de ficción, en español y en inglés. Cada mañana, antes de salir en la bicicleta, pulso el botón que me sumergirá en la narración de la novela de turno. Parto en dos direcciones simultáneamente: la que marco con el pedaleo y la que irrumpe en mi mente sustrayéndome hacia los vericuetos de la historia que me llega por los audífonos.

Si cuando buscamos un libro en una librería o en nuestro estantes nos topamos con un título vecino que nos invita a leerlo también, siento que algo semejante acontece con los audiolibros, pues pareciera que ellos de alguna manera se ensartan como cuentas de un collar. Un tema nos lleva a buscar un autor o un libro que aborden narrativas similares, o nos distanciamos de un narrador o un autor que nos defrauda en este formato, rompiendo así una cadena para explorar otras. Hay audiolibros que superan a la versión escrita de la obra, pues hay prosas que parecen haberse sido concebidas para leerse en voz alta como, por ejemplo, El beso de la mujer araña de Manuel Puig o La breve y maravillosa vida de Oscar Wao de Junot Díaz. Hay hallazgos felices que nos hacen creer como nunca en la literatura, aún en estos tiempos donde otros discursos resultan más populares.

Hay una magia del narrador oral que se filtra en algunas de estas lecturas ejemplares, el encuentro afortunado entre un libro y un intérprete acertado que consigue la cadencia adecuada, la respiración que acompasa las frases y las ideas, la modulación que desgrana con arte el relato. Cuando encuentro a alguno de estos lectores dotados, busco otras obras interpretadas por ellos pues generalmente vuelve a producirse la magia con otros audiolibros. Francisco Rivela es uno de estos intérpretes inolvidables que nos deleita leyendo lo mejor de Enrique Serna o de Sergio Ramírez. Este rol de darle voz a los libros es crucial dentro de la remediación del formato impreso al audio. Aunque hay también narradores que arruinan al libro al interpretarlo de manera errónea, con el ritmo equivocado o el acento discordante. Aspectos como éste del papel del narrador de los audiolibros serán abordados, junto a otros, en las reseñas de “Lecturas 4 x 4”. Les invito a ponerse los audífonos y a ingresar en la vasta comarca de los audiolibros.

 

Anadeli Bencomo es profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Houston. Se especializa en narrativa y crónica latinoamericana contemporáneas y entre sus publicaciones destacan las dedicadas al género de la crónica, de la novela breve, y al tema del mercado de la literatura escrita en español. Su más reciente investigación gira en torno al llamado Audioboom.

 

 

 

©Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.

 

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Posted: August 31, 2021 at 8:47 pm

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