Poetry
Lo contrario de lo que parece
COLUMN/COLUMNA

Lo contrario de lo que parece

Angelina Muñiz-Huberman

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Podríamos pensar que todo es lo contrario de lo que parece: la muerte no es el fin de la vida, sino la vida el principio de la muerte. La manzana no se cae del árbol, es la tierra la que la atrae. No es no oír, es que el otro no habla alto. No es que dos y dos sumen cuatro sino que cuatro se divide en dos y dos.

Todo lo que se percibe por los sentidos es relativo. ¿Lo que veo es así o me lo imagino? Un paisaje, una persona, la marea, la lluvia ¿están ahí o quisiera que estuvieran?

La música que oigo ¿es alegre o triste? ¿Entonada o desentonada? De niña, una amiga y yo estudiábamos piano. Bach me traía calma y serenidad, a mi amiga desconcierto y excitación.

Palpar, tocar, otra rama del conocimento para el que no ve o para el miope y para el violinista. Es tan amplio el mundo y hay tantas posibilidades. Tan puestas, opuestas y dispuestas a darle la vuelta a la página. Los tactos a la espera de la extendida piel.

Los sabores, ¿para qué sirven? ¿Para qué lo dulce, lo salado, lo ácido, lo amargo, lo agrio, lo picante y otros intermedios sin nombre? Hay que disimular la comida para poder comerla. No sabe bien, no nos gusta. Lo crudo y lo cocido. Imposible de describir. Y, sin embargo, tenemos los dientes, la lengua, la saliva que son los verdaderos instrumentos que hacen posibles comer y no la comida en sí. No importa la comida.

El calor y el frío aparecen no por los factores externos, sino porque la poderosa piel los convoca. Necesita comprobar su existencia. Ven calor, ven frío, aquí estoy para recibirte.

Seguimos en el reino de los sentidos y llegamos al olfato, el más extraño de ellos. No se está quieto en ningún lado, flota en el aire. Es misterioso y multiplicable. Surge por todas partes. Apenas lo sentimos, en el caso de los mamíferos humanos. En cambio, los animales nos aventajan.

Van y vienen fórmulas químicas, físicas, matemáticas, astronómicas, biológicas, explicaciones sin fin,  conclusiones. El mundo de las pruebas nos rodea. ¿Qué hacer sin pruebas? Nos quedamos sin saber.  Aunque podemos invertirlas: primero fue la prueba, luego la fórmula, después la cosa, luego todo el mundo creado.

¿Y Dios?

Dios fue una idea.

Todo puede ser al revés. Así eliminamos prejuicios.

Y todos tan divertidos.

Aunque vendría a ser igual: da lo mismo que lo mismo da: el mundo al derecho que  al revés. Escribir con la goma del lápiz o borrar con la punta. Si el mundo está ordenado, la tentación es desordenarlo. Para eso se han hecho las glaciaciones, los cambios climáticos, los terremotos, los volcanes, las tempestades, para  no dormirnos sobre nuestros laureles.

Los sentidos en su sentido o, mejor alterados, pueden resultar en algo tan diferente como los tapices, de alrededor del siglo XVI, de “La dama y el unicornio” del Museo de Cluny. De nuevo, el punto de vista se extrapola. Belleza y misterio oscilan. El unicornio aparece en cada uno de los tapices para adueñarse de los sentido: vista, oído, tacto, gusto, olfato; y, para completar la serie, agrega uno más, inefable. El sexto, que no puede ser y redondea la espiritualidad.

El contrario, el solitario, el melancólico.

Que no ve

que no oye

que no toca

que no gusta

que no huele.

Que podría ser un árbol.

Los cuerpos. Otra recubierta que no parece lo que es. Lo que es va por dentro y es todo lo contrario de lo que se ve. La cabeza es la más poderosa de las coronas. Imposible actuar sin ella. Depositaria del sí y el no. De todo lo que mueve el cuerpo. Intriga de los neurólogos y de los psiquiatras. Seductora, dirigente, reina de cuerdos y locos. Se la puede enfocar desde cualquier ángulo. Se parece al sistema planetario. Dando vueltas y vueltas.

Deténte ya.

Luego viene el resto del cuerpo que no es lo que aparenta. ¿Qué tienen que ver los intestinos, el hígado, el bazo con la tersura de una piel joven y bella? El corazón con un pecho amoroso. El enredijo de nervios, venas y arterias con los miembros externos y sus matices. Los músculos y los huesos con un bien torneado cuerpo cuyas piernas y brazos son la agilidad de bailarines y deportistas.

Eternos ser y parecer,

un mundo que no es lo que es,

un mundo en clave,

un mundo disfrazado.

El único que tenemos.

*Foto de Alexander Grey en Unsplash

Angelina Muñiz Huberman es autora de más de 50 libros. Ha ganado el Premio Xavier Villaurrutia ,  el Premio Sor Juana Inés de la Cruz el Premio José Fuentes Mares, Magda Donato, Woman of Valor Award, Manuel Levinsky, Universidad Nacional de México, Protagonista de la Literatura Mexicana, Orden de Isabel la Católica, Premio Nacional de Lingüística y Literatura 2018, entre otros. Recibió el doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma de México y es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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Posted: July 31, 2024 at 5:55 am

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