Contar lo relevante de manera irreverente
Adam Critchley
La revista Los cínicos nació como un blog con un enfoque en el cine, pero ha ampliado su cobertura a temas más diversos, y tanto de México como del extranjero, y este año el proyecto cumple 10 años, y su fundador y editor, José Antonio Monterrosas Figueiras, habló con Literal Magazine de la publicación y de su oficio, el cual implica “inventarse la vida todos los días”.
“La revista hace todo lo que tiene que hacer una revista cultural: poner el énfasis en lo que debemos ver dentro de nuestro entorno actual, ya sean películas, obras de teatro o espectáculos, o retratar al mismo recinto que nos acercará a los acontecimientos actuales más relevantes e irreverentes, ya sea un bar, cantina o una galería de arte, además de llamar nuestra atención a las noticias que quizás nos hayan pasado desapercibidas”, cuenta Monterrosa Figueiras.
“Desde hace tiempo, desde la universidad, tuve el interés por el periodismo cultural y me enfoqué en un principio a la radio, luego giré hacia el texto, y empecé a colaborar con revistas como Replicante y Revés Online , y me di cuenta que yo también podía emprender un proyecto”, agrega.
“Estuve involucrado en un programa de radio en Toluca que se llamaba ‘Los Cínicos’, pero tuve la idea de hacer crecer la parte escrita. Todos los medios tienen su parte interesante y necesaria, pero se me hace que es la parte escrita que puede trascender un poco más”. Además de textos, la revista cuenta también con contenido audiovisual, en la sección ‘Cinismo en vivo’, con entrevistas en vídeo con cineastas, músicos, escritores y moneros.
Tal como ocurrió con el llamado boom en la literatura en América Latina, la crónica es un género que ha cobrado importancia en la región, y para el cual han surgido revistas celebres como Etiqueta Negra en Perú, El Malpensante en Colombia y Gatopardo , la cual también nació en Colombia y ahora se edita en México. Y la revista Los cínicos se coloca dentro de esa tradición de periodismo narrativo, lo que el argentino Martín Caparrós ha descrito como ese “intento siempre fracasado de atrapar el tiempo en que uno vive”.
La crónica latinoamericana, que según la autora mexicana Rosa Beltrán, desde la época de la Conquista ha mostrado un doble interés: “dar testimonio de los hechos al tiempo de fincar un gusto por narrar la subjetividad”, también recibió un impulso con el lanzamiento en 1995 de la Fundación Gabo, fundada por el premio Nobel Gabriel García Márquez, con el propósito de “apoyar a periodistas y contadores de historias de toda Iberoamérica para alcanzar una sociedad mejor informada, participativa y libre”, a través de talleres, concursos y becas.
Y la revista Los cínicos también encaja dentro del género ‘gonzo’ del periodismo, término inventado por el periodista estadounidense Bill Cardoso al referirse al trabajo de su paisano Hunter S. Thompson, quien trabajó en América Latina como corresponsal para el National Observer y se volvió colaborador habitual de Rolling Stone , y quien describió el estilo en una entrevista con Harrison Salisbury en 1975 como “una mezcla de humor y un estilo elevado y de ‘pisotón’, un poco más activo que el periodismo normal”.
Replicar al ‘Replicante’
Monterrosas Figueiras cuenta que, después de colaborar en la revista mexicana Replicante , que existió como medio impreso entre 2004 y 2009 antes de migrar en línea, decidió emprender un proyecto propio.
” Replicante fue una influencia fuerte, pero intentó hacer mi propio espacio y contar cosas sin la necesidad de tener a un editor; hacer un proyecto que fuera totalmente de su propio estilo, como un esfuerzo individual y muy personal, y también tomar distancia de los círculos de poder. Que la revista podría acercarse a otras voces que no necesariamente andan por el centro de las cosas, con periodistas que no necesariamente viven en la Ciudad de México, por ejemplo, y romper con un estilo centralista: hablar de lo local y también lo internacional”, cuenta a Literal Magazine .
” Los cínicos comenzaron como una revista de cine, pero ahora se ha enfocado en otros temas. Quería también reseñar libros y contar otras cosas. A lo mejor necesitas ver la realidad para contar cosas, a partir de lo que sucede en la vida real. Así que el tema del cine se cruzó con la realidad y empecé a hacer crónicas. Yo defendiendo la idea de la crónica cinematográfica, que cuenta no solo lo que pasó en la película sino también lo que pasó fuera del cine. Y dentro de eso cabe todo”.
“Me interesa que también se hable de lo que pasa fuera de la sala de cine, que la película solo sea un pretexto”, argumenta. “Estoy convencido de que pueden salir grandes historias, los grandes periodistas tienen que hacer historias con lo que tengan a la mano, hay que ir al festival de cine para contar cosas, y si eso de contar cosas no incluye la película, pues felicidades”.
“Soy cínico de cine, de imaginar que la misma vida es una película y nosotros como periodistas tenemos ese espacio en donde podemos contar cosas, y aunque no seamos novelistas o cuentistas, podemos contar historias. Somos cínicos, pero queremos contar la realidad desde todos sus ángulos, desde todas las miradas, de la esquina del periodismo cultural y el oficio cotidiano de contar cosas”. Y es ese afán de contar lo real, lo vivido, que hace que la lectura de Los cínicos sea un poco distinto a las revistas de reseña o crítica cultural, dice.
“Voy a un evento y hay cosas que suceden durante las coberturas, ya veces es ahí donde suceden las mejores cosas, que estaban fuera del guión. Y al final la revista es eso: nace de la búsqueda de contar cosas y también invitar a otras personas a contar sus historias, de la manera más libre posible”, agrega. “Las revistas nos permiten dialogar con muchas cosas, ahí pueden convivir muchas miradas y yo puedo convivir con muchas personas, aunque no coincido con sus puntos de vista, pero me parece muy valiosa la idea de trascender. En estos pequeños espacios se crean cosas importantes, cosas que valen la pena”. Lo relevante y lo irreverente
Además de reseñas de películas y cobertura de festivales de cine y otros acontecimientos culturales, la revista también abarca noticias cotidianas, más allá de la cultura, como el descubrimiento reciente de un supuesto campo de exterminio en Teuchitlán, en el estado de Jalisco, no muy lejos de Guadalajara, la ciudad adoptiva de Monterrosas Figueiras. “Es lo que llamamos ‘periodismo cultural’; aunque quizás sea pedante el apellido ‘cultural’, no es solo hablar de las bellas artes sino lo que está a su alrededor, como la política. La cultura no es solo lo bello de lo cual hablamos el fin de semana; no tenemos que hablar de la obra del arte sino también del entorno, y ahí es donde yo encajo”, cuenta Monterrosa Figueiras.
“Si voy a un festival del cine, no solo me interesa hablar de las películas sino también lo que pasa alrededor, en las fiestas, en las borracheras, así que hay que salir del corral y hablar de lo que está pasando alrededor”.
“Lo de Teuchitlán fue una quiebra dentro de nuestro entorno, y para mí era muy importante hablar de eso, con una visión un poco de intruso. Si van a abrir ese rancho a la prensa, habría que ir, y me doy cuenta que es un montaje, como ver una exposición montada por los gobiernos locales y federales. Y entonces mi intención fue ir a buscar al ‘curador’, para entrevistar a las personas que están mostrando eso”, cuenta.
“Yo no pertenezco a la fuente policiaca, pero había que ir, a ver qué encontraba. Y de los periodistas que se dedican al cine, a la cultura, ninguno fue”, agrega.
Aunque gran parte de la revista la escribe su director, periodistas de gran talla, como la argentina Mónica Maristain y los mexicanos Fernando Ramírez Ruiz, Alberto Zúñiga y Sergio Hidalgo, entre otros, también forman parte de la ‘redacción cínica’.
“He intentado que la revista no sea local, sino que tenga una visión de buscar lo nacional e internacional. Zúñiga; por ejemplo, un cineasta mexicano que vive en Barcelona escribe para la revista desde allá. Mucho del contenido de la revista tiene que ver con la cultura pop. El caso de la muerte de David Lynch, por ejemplo, que era una figura más allá del cine, un artista muy exquisito y muy consciente de lo que pasaba a su alrededor, y con un vínculo con México esos por la película Dune . De pronto me gustan lazos o coincidencias”, cuenta Monterrosas Figueiras.
Sergio Hidalgo, un gran conocedor del cómic y de la cultura popular, escribió una nota acerca de Lynch en México.
“Cuando un editor te dice como periodista, ‘mándame lo que quieras’, el periodista se da cuenta que está libre, y entonces hay algo que aportar, como lo que hace Mónica Maristain con su revista cultural Maretom , y ella colabora en Los cínicos , con su visión muy particular. Participan tantos maestros del periodismo como alumnos, y se trata de dar el mismo nivel a ambos, reconocer su trabajo”, apunta Monterrosas Figueiras.
“Por andar ‘fuera del corral’, uno anda por la libre”, dice al referirse a la libertad de cubrir cualquier tema, sin censura, y sin una línea editorial limitante encima.
Relevante e irrelevante
La revista “ha ido tomando forma por terquedad y porque siempre hay algo que llama la atención, y uno piensa que ‘sobre eso podría escribir algo’. Y siempre va a haber alguien que quiere involucrarse y colaborar. Por eso la revista ha crecido”, cuenta su fundador.
“La intención de salir a buscar ideas y, a la vez, perderse y quizás contar la historia de otra manera, salir con una idea en la cabeza pero regresar a casa con otra, aunque no siempre suceda”, dice.
A pesar de su estilo irreverente, Monterrosas Figueiras cuenta que no ha tenido ninguna represalia por parte de lectores acerca de los contenidos. “Creo que buscamos darle un poco la vuelta, siempre hay algo que podemos aportar y contar”, dice. Y a pesar de no haber podido “encontrar una fórmula para que la revista gane dinero”, resalta la importancia del humor en su cobertura, y quepa “ese lado políticamente incorrecto”.
Adam Critchley es un periodista y traductor británico radicado en México. Sus artículos han aparecido en Brando , Forbes , GQ , Gatopardo , Latin American Literature Today y Publishers Weekly , entre otras revistas, y ha traducido más de 20 libros, entre ellos una serie de títulos infantiles trilingües, publicados en inglés, español y lenguas indígenas mexicanas.
Posted: June 26, 2025 at 5:50 am