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Mujeres en la narrativa del crimen
COLUMN/COLUMNA

Mujeres en la narrativa del crimen

Adolfo Castañón

I. Se sabe que una de las mejores maneras de conocer a una sociedad es a la luz de los crímenes que en ella se cometen, tanto en sus formas como en sus cantidades. Vidas de sangre. Mujeres en la narrativa mexicana del crimen, de Cathy Fourez, respalda esta constatación.

II. Lectora y estudiosa de Jorge Ibargüengoitia, Cathy Fourez editó en México en 2021 Vidas de sangre, coeditadas por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. [1] El libro se presentó dos años después en la Feria del Libro Universitario de Mazatlán.

Libro singular así por la conjunción de los textos estudiados como por los métodos empleados para su enfoque. Singular también por su diseño, que alterna las páginas impresas en tinta negra con las estampadas en ocre, alusión visual a la sangre seca. “El hombre que no medita vive en la ceguera, el que medita vive en la oscuridad”, advierte Victor Hugo en el epígrafe de este notable ejercicio de lectura que sabe conectar lo menor con lo mayor.

III. Es sabido que, desde antes de la Conquista, la historia de México estaba marcada por la violencia y la “Depredación y canibalismo” como documentó hace poco la revista Arqueología Mexicana en el # 180, mayo-junio 2023. “La violencia en México” es el título del libro de Pablo Piccato para la serie Historia mínima de El Colegio de México, publicada en 2022. Estudiosos como Fernando Escalante Gonzalbo y Eduardo Guerrero publicaron en la revista Nexos # 381, septiembre de 2009, un expediente estadístico sobre los homicidios en el país, haciendo un análisis comparativo entre Colombia, México y Estados Unidos, acompañado de un reportaje sobre “Las tres guerras. Violencia y narcotráfico en México” y un cuadro con las ejecuciones mes por mes entre diciembre de 2006 y mayo de 2009. A ese caudal de referencias sobre la violencia, el homicidio y la muerte, que dista de ser exhaustivo, cabría añadir, el libro Sangre. Notas para la historia de una idea, Ed. Cinosargo/Marginalia, Chile, 2022, 185 pp., de Julio Hubard, en el que se explora y expone la evolución de los sentidos y connotaciones que ha tenido la sangre a lo largo de la historia, desde la antigüedad hasta los tiempos modernos.

En ese paisaje documental, podría enmarcarse Vidas de sangre. Mujeres en la narrativa mexicana del crimen de la hispanista y mexicanista francesa Cathy Fourez, autora de alrededor de veinte artículos y ensayos sobre el tema de la muerte deliberada de las mujeres en el país y sobre las obras literarias que se han ocupado del tema.

El libro de 343 páginas, tirado en 500 ejemplares e impreso en Torreón, Coahuila, supone años de trabajo y representa un apreciable esfuerzo de síntesis sobre lo que podría denominarse con un neologismo la “hematósfera literaria de la violencia en México”. En su tablero se expone la red de “relatos del crimen” y se repasan obras de ficción como crónicas y textos de investigación periodística, además de acudir a diversas fuentes teóricas para enfocar mejor esta espinosa cuestión que va de la novela negra a la historia.

Luego de hacer un “Panorama de la violencia de género en México”, se asientan y definen los objetivos y el cuerpo textual que será objeto de estudio, amén de enunciar la conjunción de “Relatos del crimen y estudios de género como categorías de análisis”.

Dividida en cuatro partes, la construcción tiene como uno de sus protagonistas textuales principales al escritor Sergio González Rodríguez, quien podría ser considerado el actor principal de la Segunda Parte. En otros capítulos, se repasan los nombres y obras de Cristina Rivera Garza, Ana Ivonne Reyes, Iris García Cuevas. “Mujeres y crimen organizado” se titula la parte cuarta y comenta las obras de Orfa Alarcón (Perra Brava) y Chicas Kalashnikov de Alejandro Almazán.

Concluye la autora de este inquietante espejo de tinta y sangre que esta “literatura menor” expone “un problema mayor”. Mayor no solo en términos cuantitativos sino cualitativos.

 

Una de las virtudes del texto es concentrar y organizar en un solo cuerpo textual una gran diversidad de expresiones literarias y narrativas que de otro modo hubiesen pasado desapercibidas. Se antojaría desde luego armar un volumen paralelo con las obras mencionadas. Cabe agradecer la aparición de la obra como una contribución a esa memoria colectiva que ayuda a construir y deconstruir la idea del mundo en que vivimos. La frase del psicoanalista Néstor A. Braunstein: “El olvido del crimen, como crimen del olvido” ha venido a nuestra mente en varios momentos a lo largo de la lectura.

Aunque el libro está centrado en las letras escritas, vividas y desvividas en México, hay que subrayar que se inscribe en el horizonte más amplio del análisis de la llamada “novela negra” en Europa, Francia, Italia, Estados Unidos y España, donde priva lo que Cathy Fourez llama el “ecosistema criminógeno”, aunque en México, como es sabido, se ha pasado del “feminicidio íntimo al ‘femigenocidio’”.

El cazador de neologismos no se verá frustrado al sumergirse en esta obra, uno de los ejemplos más llamativos es el de la voz “impunidocracia”.

Originalmente escrita en francés y sostenida como tesis en Francia con el título “Dé-construction de répresentations de la violence et des rapports de genre dans la litérature du crime au Mexique” (XXe. XXI siécles), defendida el 22 de noviembre de 2019 en la Universidad de Toulouse, Jean Juarés bajo la dirección de la Catedrática Maria Agnes Palaisi, la edición al español que se comenta aquí que es solo un fragmento de un trabajo más amplio, supuso un trabajo de traducción y revisión por parte de un equipo compuesto por Begoña Villafranca Barré, Lucía Melgar y la relectura del manuscrito por parte del pintor e historiador Carlos Maciel Kijano, bajo la supervisión de la propia autora. Si hubiese que hacer una sugerencia para una próxima edición, sería deseable que el libro llevara un índice de nombres.

IV. Cabría inscribir este mural critico de las letras mexicanas contemporáneas que no sólo toca a los autores y autoras mencionados sino a otros muchos como Carmen Boullosa, Eduardo Antonio Parra, bajo el signo de Antígona que optó por ser sacrificada por salvar el derecho de su hermano a tener sepultura.

El oficio de piedad —para traer una voz de María Zambrano— tiene justamente ese sentido de salvación de la dignidad humana a través de la memoria y de quienes han hecho memoria y han dejado constancia de su riesgo. Ese oficio es ciertamente complejo no deja de tener riesgos, aunque ya no sean solamente materiales sino acaso intelectuales, literarios, y plantean preguntas en torno a las dificultades de leer y escribir a la orilla o bajo el volcán.

V. La presencia de Sergio González Rodríguez en este libro, como escritor-detective, me hizo recordar la reseña que escribí sobre Huesos en el desierto de la cual destaco este fragmento:

El escritor como detective no es una figura inusual en las letras. El llamado a investigar dentro, pero sobre todo fuera y al margen de la versión oficial, lleva al investigador a reconstruir líneas intermitentes, errantes, que de algún modo lo contagian e infectan de nomadismo. Para el detective que ha hecho de la escritura su único solar y punto de sosiego, las certezas habituales de la gregariedad estallan. Ante el rigor exigente de una investigación que sólo puede practicarse libremente desde la intemperie, el escritor-detective reconoce en su búsqueda de la verdad el único consuelo que lo sabría aplacar, su única patria.[3]

NOTAS

[1] Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, Torreón, 2021, 343 pp.

[2] Cal y Arena, México, 1990, 170 pp.

[3] https://tupanoramavirtual.wordpress.com/2017/04/08/un-ensayo-ante-el-abismo-del-presente-huesos-en-el-desierto/

 

Adolfo Castañón es poeta, traductor y ensayista. Es autor de más de 30 volúmenes. Los más recientes de ellos son Tránsito de Octavio Paz (2014) y Por el país de Montaigne (2015), ambos publicados por El Colegio de México. Premio Xavier Villaurrutia 2008, Premio Alfonso Reyes 2018 y Premio Nacional de Artes y Literatura 2020. Creador Emérito perteneciente al SNCA. Twitter: @avecesprosa

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Posted: May 30, 2023 at 7:29 pm

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