Lecturas 4x4
Plagios y robos literarios

Plagios y robos literarios

Anadeli Bencomo

Plagio, una novela de Héctor Aguilar Camín, narrada por Raúl Bóxer.
Producido por Penguin Random House Audio, 2020. Disponible en Audible


The Plot, a novel de Jean Hanff Korelitz, narrada por Kirby Heyborne
Producido por Macmillan Audio, 2021. Disponible en Audible

 

El tema de la vida literaria, de sus vericuetos, sus inflados egos, sus premios y concursos, aparece de manera frecuente en la ficción, aunque las más de las veces se incluye como un asunto paralelo a otras peripecias de los personajes protagónicos. Es el caso, por ejemplo, de dos buenas novelas como Budapest de Chico Buarque y España de Manuel Vilas donde se aborda este ambiente a partir de los escritores fantasmas (negros literarios) y los críticos de oficio. Sin embargo, en otras ocasiones el tema del mundo literario se coloca en el centro de la materia narrada, convirtiendo a la novela en un discurso metaliterario: escritura sobre escritores, novela sobre novelistas.

Podemos decir que las novelas cuyas audiomediaciones trataremos en estas líneas, pertenecen a este subgénero. Se trata de dos novelas publicadas en el 2020 y vertidas al formato audio casi simultáneamente. Héctor Aguilar Camín, autor de Plagio, es un escritor con una obra reconocida en México, mientras que Jean Hanff Korelitz logró más notoriedad con The Plot que con sus novelas anteriores, pues esta última figuró en esa suerte de panteón postmoderno que es la lista de bestsellers del New York Times. Es importante mencionar el dato de la pronta remediación de estos títulos en el formato audio pues es evidente que la producción comercial de los audiolibros está ligada de manera determinante al éxito obtenido por el texto impreso. Aunque no debo generalizar de manera tan tajante, resulta fácil corroborar la omnipresencia de bestsellers dentro de la oferta en plataformas como Audible. Pareciera entonces que una condición preestablecida para ingresar en el formato audiolibro fuera haber obtenido visibilidad y abultadas ventas. En consecuencia, predominan las novedades en las ofertas de audiolibros donde resultan bastante minoritarias las remediaciones de libros que forman parte del catálogo de fondo de las grandes editoriales. La lógica que impera hasta ahora en la producción de audiolibros, al menos en el sector comercial de las plataformas de subscripción, es la de apostar por el producto atractivo y seguro para una audiencia general.

En el caso de Plagio, gran parte del éxito que se augura a esta novela se asocia con el escándalo sobre el cual este relato se construye y que aconteció en el año 2012 en México, cuando el escritor Sealtiel Alatriste se vio obligado a renunciar al premio Villaurrutia por haber sido acusado de plagio. El premio Xavier Villaurrutia, “de escritores para escritores”, es trasmutado en la novela (donde según el autor todo lo que se cuenta es verdad, excepto los nombres) en el premio Martín Luis Guzmán, “de escritores para escritores”. El instigador de la campaña en contra del autor acusado de plagio recibirá en el relato el mote de Voltaire. El protagonista, encargado de narrar en primera persona sus desventuras como plagiario, ha publicado numerosos artículos periodísticos y obras de ficción copiadas de los respectivos originales. Este autor premiado y aplaudido hasta el momento de la revelación de sus argucias literarias funge como funcionario cultural de la máxima casa de estudios en México y resulta muy allegado a su rector. De tal modo, el protagonista de Plagio no necesita de nombre propio: director cultural de la Universidad, diplomático en Barcelona, colaborador de varios periódicos mexicanos. Cara y figura, pues.

La versión audio interpretada por Raúl Bóxer tiene varios aciertos. En primer lugar, el relato en primera persona se presta de manera idónea para producir el efecto verosímil asociado a las narrativas autobiográficas. La ecuación entre la perspectiva personal y la lectura a cargo de una voz masculina madura logra el efecto de estar escuchando al mismísimo plagiario quien nos narra su ruina pública. Nos sentimos como si estuviéramos en el interior de un confesionario, escuchando de ‘viva voz’ los pecados literarios del escritor caído en desgracia. El tono que imprime Bóxer al relato intensifica este efecto gracias al uso de inflexiones cínicas y al acento arrogante y autocomplaciente de ciertos pasajes. La lectura, que suena a un desgranar espontáneo del relato, adelgaza paso a paso la sensación de que estamos ante un libro. Se produce así un golpe magistral, a mi juicio, pues podemos decir que Bóxer vocaliza una suerte de plagio del narrador textual, apropiándose de él. En consecuencia, al leer el texto escrito luego de haber escuchado el audiolibro, no podremos sino otorgarle al narrador de Plagio la voz imprimida de manera magistral por Raúl Bóxer a lo largo de sus cuatro horas de interpretación.

Aparte del tono muy logrado de la lectura de Bóxer, debemos igualmente reconocer que el estilo de la prosa de Aguilar Camín en esta novela se presta a su conversión audio. Por tratarse de un alegato de defensa por parte del autor denostado por sus pares, la narración se adapta a los giros propios de la confesión oral. Abundan las repeticiones propias del discurso informal y de la retórica del chisme cuando, por ejemplo, el narrador al referirse al rector de la universidad donde trabajaba repite la misma fórmula: “Mi amigo, el ingeniero y rector, ahora mi examigo…”. Cuando escuchamos esta frase por enésima vez, junto a otros tics similares, nos ubicamos en el lugar de escuchas más que en el de lectores. Vale la pena acotar que este efecto de la prosa literaria que asume la prosodia y el ritmo del discurso oral no es exclusivo de las narraciones en primera persona. La novela de Enrique Serna, El vendedor de silencios, es una excelente muestra de una narración en tercera persona que logra producir un efecto semejante en su versión audiolibro. Además, ambos títulos comparten la intención de sacar a la luz los trapos sucios de algunos protagonistas de la vida cultural y política mexicana, invocando el morbo en el público curioso por adentrarse en las intrigas del poder. Estas dos novelas, en formato textual o audio, se caracterizan además por un muy buen manejo del sarcasmo como temperamento narrativo.

Bajo la premisa del escándalo literario se construye otra novela que ha obtenido un sonado éxito en los Estados Unidos. Me refiero a la novela de Hanff Korelitz, The Plot. El libro narra la historia del robo cometido por Jacob Finch Bonner, un profesor universitario de escritura creativa que termina por apoderarse de la anécdota que le contara uno de sus estudiantes. Si en la novela de Aguilar Camín, el narrador no podía resistirse a copiar y retocar la magistral prosa de Martín Luis Guzmán (entre otras), en The Plot la tentación ante la que sucumbe el mediocre Bonner es la de escribir un libro siguiendo la trama que le había confesado el arrogante estudiante que sabía que su anécdota era oro puro, literariamente hablando. Nos encontramos entonces ante dos novelas que exploran no sólo personalidades falsarias, sino que emplean el relato de suspenso (thriller) al incluir episodios de asesinatos y torceduras amorosas. La novela de Hanff Korelitz juega de manera mucho más definitiva esta carta del género de la narrativa detectivesca que la novela de Aguilar Camín, apostando entonces a atrapar al lector con las cuerdas de la intriga y la tensión narrativas. En Plagio, el narrador resume al inicio del relato todo lo acontecido con el fiasco del premio “Martín Luis Guzmán”, renunciando al suspenso como clave del contrato lector. En cambio, The Plot recurre a la trama cifrada y al secreto que religa las dos historias dentro de la novela, la del escritor que ha robado la anécdota a un exalumno y la vida de Evan Parker, el estudiante de Bonner que fallece tras haber contado a su profesor los detalles de su “obra maestra”, ese libro destinado a convertirse en un éxito indisputable de ventas.

El protagonista de The Plot parodia al producto de las escuelas de escritura literaria estadounidenses. Jacob Finch Bonner ha estudiado Escritura Creativa en Weslayan, ha añadido Finch a su nombre de pila para rendirle homenaje al clásico de Haper Lee, How to Kill a Mockingbird y ha publicado un primer libro que aunque recibió cierto reconocimiento crítico, no trascendió más allá. En el momento en que inicia la novela, vemos a este escritor fracasado dando clases de escritura en una universidad sin ningún renombre. Esta trama metaliteraria causa curiosidad y gusto a quienes estamos, directa o indirectamente, ligados a los departamentos de literatura y a la enseñanza de la escritura y la lectura. Por ahí, identificamos un mecanismo de seducción lectora que aproximaría a los dos títulos incluidos en esta reseña.

Sin embargo, más que las semejanzas destacan las diferencias entre los respectivos audiolibros en cuestión. Si hemos celebrado el rol de Raúl Bóxer en el formato audio de Plagio, debemos igualmente señalar el chasco que produce Kirby Heyborne al ejecutar la lectura de The Plot de una manera tan monótona y mecánica que casi lo confundimos con un lector electrónico. Heybourne es incapaz de interpretar el texto, de producir el efecto que el libro escrito propicia. Tratándose de una novela de suspenso, anticipamos una versión aural que reconozca y explote la identidad genérica del relato. Defrauda que esta lectura despersonalizada no pueda reconstruir la tensión presente en el texto. Al no producirse el efecto de sintonización entre los formatos, este audiolibro es incapaz de generar la otra respuesta que una buena remediación suscita. Al realizarse una eficaz comunión entre un texto y su interpretación, la identidad genérica del libro se intensifica. Ilustremos este principio con el ejemplo de una novela de tipo epistolar que incluya el intercambio entre dos emisores, demandando en su remediación aural dos voces diferenciadas que reproduzcan las inflexiones discursivas incluidas en el texto. Al producirse esta concordancia entre el formato impreso y el audiodigital, el audiolibro se anota un punto nada deleznable en la escala de valoración literaria. Un audiolibro logrado va más allá de este efecto estilístico cuando promueve, al mismo tiempo, una respuesta afectiva en el audiolector. El audiolibro ejemplar afecta a su receptor, lo interpela más allá de la dimensión discursiva al involucrarlo subjetivamente a la materia narrada. En el audiolibro The Plot se aborta esta posibilidad y la antipatía que podemos sentir inicialmente por el protagonista termina trastocándose en clara indiferencia hacia los personajes y sus peripecias novelescas. Por el otro lado, algo nos une como audiolectores al infame plagiario del libro de Aguilar Camín pues su historia nos afecta y nos acompaña incluso luego de haber terminado de escucharla.

 

Anadeli Bencomo es profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Houston. Se especializa en narrativa y crónica latinoamericana contemporáneas y entre sus publicaciones destacan las dedicadas al género de la crónica, de la novela breve, y al tema del mercado de la literatura escrita en español. Su más reciente investigación gira en torno al llamado Audioboom.

 

 

 

©Literal Publishing. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley federal del derecho de autor.


Posted: October 21, 2021 at 10:55 pm

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *