Postal de Hanóver, N.H.
Javier Lasarte
I
La casa de madera en la que vivo es simple
La cama en la que duermo un viejo mar de olas
[encrespadas
Hay amplias y blancas alacenas
muebles casi sobrios
y un par de lámparas gigantes
y doradas
A veces duermen en mi jardín
inmensas piedras de asfalto
un tractor
o una grúa
Abundan los gritos en la noche
(estudiantes que regresan borrachos a sus residencias
o alguna hija que escogió la madrugada para pelear
[con sus padres
y huir de su casa)
A las 6 de la mañana las paredes comienzan a temblar
atravesadas por la vibración de las piquetas
Las ardillas acosan con frecuencia la basura
Desde el traspatio pueden verse
separadas por frágiles arbustos
lápidas y banderitas
de franjas rojas y blancas
y un cuadrado azul
cielo
lleno de estrellas
Un poco más allá empieza un hermoso bosque
donde hay más lápidas y más banderitas
razonablemente espaciadas
amorosamente dispuestas
II
En los días de sol de esta primavera
el prado rectangular que nos lleva a los solemnes edificios
[del Campus
-del siglo XVIII (el más hermoso) o del XIX
incluso algunos que apenas tendrán 40 años
simula la vida
eterna y plena
Violinistas que ensayan a Vivaldi
cantantes nostálgicos de los años 60
jugadores de fútbol y de frisbi
chicas en bicicleta
los más hermosos perros de la tierra
pieles mayoritariamente blancas pudorosamente
[descubiertas
risas gritos suaves algún abrazo
un par de grupos que reciben sus clases sobre la yerba
Todos dejamos que nuestras locuras se tiendan al sol
para descansar de nosotros
y de nuestra soledad
Posted: April 23, 2012 at 6:18 pm