“POR VOLUNTAD PROPIA”, LA MUJER Y LA CULPA HEREDADA
Óscar Baamonde
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Mathilde Forget: Por voluntad propia, Editorial Tránsito, 2025, 112 pp.
En el momento actual de la sociedad española, el modus operandi de los jueces y, por tanto, de la justicia ha pasado de ser una materia recluida a cuatro paredes y al birrete, la toga y el mazo, a ser objeto del ojo crítico de la ciudadanía, más polarizada y dividida que nunca desde las calles y las redes sociales. En este punto, emerge una novela que parece funcionar como una respuesta, una reacción o, mejor dicho, una pista para entender la problemática actual en torno al recorrido judicial que tienen los casos de agresión sexual, violencia machista, y cómo operan los diferentes actores en el proceso para con los hechos materiales y las víctimas.
Hay que retrotraerse hasta el pasado mes de enero, cuando la editorial Tránsito viajó a tierras francesas con un cometido todavía más importante que hacerse un par de fotos junto a la Torre Eiffel, visitar el Museo del Louvre o comer escargots. El principal motivo fue brindarnos la segunda novela publicada por la escritora, intérprete y compositora Mathilde Forget.
Por voluntad propia, que en el país vecino editó Éditions Grasset & Fasquelle bajo el título original De mon plein gré (2021), se sumerge en las comisarías más infectas para mostrar el laberinto burocrático al que una joven se enfrenta tras pasar la noche con un chico. La protagonista se entrega voluntariamente empujada por la culpa, la confusión, la vergüenza… Estos ingredientes que se diluyen en un cóctel molotov que toma forma de thriller judicial y que expone las costuras del sistema procesal que, a veces, más que juzgar los hechos, simplemente juzga a las personas.
En esta novela corta de tintes autobiográficos, Mathilde Forget se desliza como un cisne negro con pulso suave, ligero, siempre levitando sobre las aguas turbias, la oscura ponzoña de la sociedad contemporánea. La obra no solo se revela como una crítica mordaz y sofisticada al sistema judicial y las fuerzas del orden, sino también como crítica a la sociedad actual carente de empatía y moral, que da la espalda a las víctimas, y que rehúye de la verdad y del espejo en el que debemos mirarnos todos. La ruptura de la identidad de la protagonista se tambalea de manera constante apuntando en varias direcciones: por un lado, cuando se nos cuenta que siendo una niña fantaseaba con ser un niño para poder estar con la chica que le gustaba, retrato de una sociedad intolerante; por otro lado, cuando la obra expone a los diferentes actores como los agentes de la ley o el círculo íntimo de la joven que la rechaza ante los hechos acontecidos. Esto enraíza con los discursos de poder de la sociedad actual desde la política y los medios de comunicación que nos dicen qué pensar y cómo pensar, luego la sociedad los absorbe y, en consecuencia, tiene lugar la fractura emocional, identitaria de la protagonista: “En el fondo, seguramente me sentí sucia solo porque ellos lo presupusieron. Presuponen, luego existo”.
Para el lector, puede ser complejo transitar a través de las paredes de humo que levantan los diferentes intermediarios a los que se enfrenta la protagonista en la consecución de la verdad. Pero la verdad está, en este caso, siempre en posesión de nuestra protagonista, aunque ella no lo sienta en ocasiones, aunque los policías, el comandante o el violador quieran hacerle creer lo contrario. Forget señala el camino, se limita a observar y describir de manera detallada el entorno hostil al que se enfrentan aquellas mujeres que deciden cruzar la puerta, dónde esperarían encontrar asilo, y solo hallan la desesperanza y el rechazo de un sistema que ya tiene su víctima y busca un verdugo.
En la autora sorprende la manera en que se acerca a la historia desde el pasado hasta nuestro presente hablando de la culpa heredada por la mujer: “dígale a su hijita que es muy peligroso denunciar cuando eres culpable. Dígale también que nació culpable”; cómo se acerca a esa realidad de notas grises y oscuros matices. Su prosa, a veces, suave y ligera como el viento, otras, rabiosa e iracunda como el fuego incontenible, siempre se desliza con elegancia a través de las páginas. Nadie sale ileso ante el dolor como ella confiesa. Nadie escapa al retrato desalentador que se nutre de la angustia existencial de la autora ante el presente que le ha tocado vivir.
El lector podrá apreciar que se trata de una historia de ambiente opresivo, espacios cerrados, pasillos estrechos, cuartuchos de oficina, y miradas al pasado ahondando en los caminos de la memoria y la historia. Cada capítulo se introduce con cuestiones, reacciones y diferentes perspectivas de los personajes contenidos en esta pesadilla kafkiana —entre otras son múltiples las referencias a la obra El proceso de Franz Kafka que tiene rima con esta novela—. Mathilde Forget no solo cimenta una novela excepcional, sino que, inclusive, en su viaje tortuoso acierta al buscar la referencia con el escritor checo, pues esta travesía sabe a palabras como absurdo, angustia existencial, irracional. Suerte que tenemos a autoras valientes como Mathilde Forget en la narrativa actual. Una autora que dónde otros no se atreverían ni a poner un dedo del pie, ella decide sumergir el cuerpo entero.
Óscar Baamonde (Lugo, 1999) es periodista y poeta. Graduado en la Universidad de Valladolid. Colabora como crítico cultural en Literal Magazine, Mondo Sonoro, Praza Pública y Galicia Confidencial, además cuenta con una newsletter literaria llamada Por Páginas en Substack. En 2025, publicará su primer poemario, Asomarse al vacío (Editorial Loto Azul). Su cuenta de X es @OscarBaamonde
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Posted: April 2, 2025 at 4:42 pm